CURSO TALLER NO. 13
QUÍMICA Y MICROBIOLOGÍA DE LOS ALIMENTOS
SÉPTIMO SEMESTRE DE LA CARRERA DE
INGENIERÍA EN DESARROLLO AGROPECUARIO
FACULTAD DE CIENCIAS AGROPECUARIAS
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MORELOS

Profesor. Mario Rojas Alba
http://www.tlahui.com/quimica
director@tlahui.com

 

 

 

CESIONES NO. 18 y 19 

  • Fecha:  Lunes 29 y Martes 30 de octubre,  2001.

  • Tema: Valor Nutricional de Los Alimentos.

  • Subtemas: Cereales

 

3. Valor nutricional de los Alimentos

 

Introducción

 Aparentemente resulta facil determinar el valor nutritivo de los alimentos, para muchos, eso significa simplemente determinación de manera precisa el contenido de nutrientes de un alimentos, sin embargo, en la realidad eso es más complejo de lo que parece, ciertamente que el valor nutricional de cualquier alimento es el resultado de una ecuación compleja en la que participan diferentes factores que a la luz de las ciencias de la agricultura, medicina, química y cultura propia de cada pueblo, puede de cierta forma, darnos un contexto y sentido más adecuado de la calidad nutricional de un alimento. De esta forma, el autor de las presentes líneas considera los siguientes parámetros para medir el valor nutricional de los alimentos:

 

  • a). Cantidad y calidad en el contenido de nutrientes

  • b). Disponibilidad económica y social del alimento

  • c). Gusto culinario y tecnologías apropiadas en la tradición cultural

  • d). Genética y decuada adaptación nutricional al consumo del alimento

 

 El contenido de nutrientes de un alimento se fundamenta en el conocmiento preciso de la cantidad y calidad de los aminoácidos y proteínas que contiene una alimento, de la determinación del contenido y tipo de carbohidratos, aceites, grasas, vitaminas y minerales. No siempre el alto contenido de algunas o varias de las sustancias mencionadas puede ser considerado como sinómimo de “alto valor nutricional”, es más bien, además de la cantidad, la determinación de la calidad y proporcionalidad de los nutrientes en la fórmula química de un alimento. Es bien conocido que el exceso de ciertos componentes químicos nutricionales pueden ser dañinos para la salud, por ejemplo, el consumo abusivo de alimentos con alto contenido de grasas saturadas, colesteriol, de proteínas de cárnicos, ácido úrico, cloruro de sodio, calcio, e incluso de ciertas vitaminas, pueden tener un efecto contraproducente en el estado de salud nutricional de un individuo. En breve, la calidad nutricional es el producto de un proceso de interacción múltiple entre diferentes alimentos, en cantidad y calidad. Un ejemplo más, en general, las manodietas aún en el supuesto de consumir un alimento rico en nutrientes, puede conducir a estados carenciales y desnutrición. En términos de valor nutricional de un alimento, lo mejor es aplicar un criterio de equilibrio y de moderación, en donde se busque una variebilidad razonable en el consumo de alimentos de diferente contenido químico y valor nutricional.

 

El problema de la disponibilidad permite ubicar el concepto del valor nutricional en el contexto de las condiciones sociales y económicas de los consumidores. El problema es elemental, un alimento que no está al alcance del bolsillo, o que simplemente no se le encuentra en el mercado, así tenga la mejor fórmula química por su rico contenido de nutrientes, no puede considerarse realmente como un alimento de alto valor nutricional. El hecho de que un alimento se encuentre al alcance de las mayorías de las personas, es una condición sin la cual no se puede establecer algún valor nutricional.

 

 En el aspecto netamente de la cultura y gustos culinarios, México dispone de algunos magníficos alimentos proteicos y energéticos, que no son aprovechados de manera adecuada como resultado de cambios culturales en los gustos alimentarios de la población, es caso más dramático es el de la golosina conocida como “alegría”, producida a base de amaranto, una semilla de altímismo valor nutricional, particularmente proteico, que a pesar de formar parte de la herencia cultural de raíz indígena, las clases populares influenciadas por la cultura mestiza han dejado de consumirla, en este caso, el problema no es la pérdida del gusto en el consumo de dicho alimento, sino incluso, la identificación del alimento, al igual que el chile, los frijoles y la tortilla, como alimentos símbolos de pertenencia a una clase de bajo nivel social, es asi que los niños mestizos de las zonas urbanas (y en muchas de las rurales) prefieren el consumo de golosinas industriales (en muchos casos de escaso valor nutricional) con tal de sentirse aceptados en un escala social de mayor ingreso y autoestima social. Otro ejemplo lo es el consumo de insectos como parte de la tradición cultural de los pueblos del altiplano, sobre todo nahuas, en efecto, el gusto por los insectos, larvas y gusanos en numerosos platillos, agrega componentes de alto valor nutricional, sobre todo proteico, sin embargo, este gusto culinario no es compartido de manera homogéneo por otras etnias de México, y mucho menos por los diferentes grupos identificados con la cultura occidental, en Europa y América del Norte, se presenta a los indígenas mexicanos comiendo insectos o larvas, como reminiscencias de una cultura alimentaria rudimentaria, atrasada, y salvaje, cuando en realidad, los indígenas encuentran en los insectos encuentran una fuente de proteinas de alta calidad y en cierta forma más saludables que el abuso en el consumo de “carnes grasosas” altamente dañinas entre los europeos y norteamericanos. En resumen, lo que para un pueblo es delicioso, para otro puede ser repugnante, ambos gustos pueden no tener que ver con el valor químico – nutricional del alimento, dos ejemplos, para algunos de las etnias del norte de áfrica, el “beber leche” les parece un habito asqueroso y repugnante, para un blanco occidental, el “beber sangre de camello” puede despertarles la misma repulsa, y sin embargo, ambos alimentos, leche y sangre, tienen características de alto valor nutricional.

  

El factor cultural y de adaptación nutricional a los alimentos es igualmente determinante. En el establecimiento del valor nutricional de cualquier alimento hay determinantes culturales que no se pueden soslayar, amen de los cambios genéticos que un grupo étnico presenta en una prolongada inter – relación con el alimento. Dos premisas llaman la atención: primero, hay alimentos que siendo nutricionalmente valiosos para una etnia pueden no serlo para otra; segundo, hay pueblos que tienen a su alcance un alimentos de alto valor nutricional, pero que sin ambargo, no es de su agrado, no forma parte de su tradición culinaria, o simplemente no lo sabe.  En el primer caso, de la prolongada interacción con los alimentos específicos a un medio en donde un pueblo desarrolla su propia cultura, se producen cambios genéticos que adaptas a las personas a mejor asimilar los alimentos de su entorno, así resultó la notable adaptación de los esquimales al consumo de grasa de la foca como principal fuente de energía, o de los pueblos europeos al consumo de la leche y los vinos, o de numerosos pueblos africanos, asiáticos o americanos al consumo de ciertas frutas tropicales, consideradas como exóticas por las culturas occidentales. El caso de la leche es suficientemente ilustrativo, mientras que los grupo arios europeos (sobre todo nórdicos) que tienen una larguísima tradición en el consumo de lácteos, producen suficiente lactasa en su intestino, de tal forma que pueden asimilar adecuadamente la leche hasta edades avanzadas, los amerindios, entre los que se incluyen las diferentes étnias de México, inician un proceso progresivo y permanente de reducción de la producción de lactasas después de dejar el ceno materno, al llegar a la edad adulta, incluso antes, pueden manifestar estados de intolerancia a la lactosa que les incapacita para asimilar la leche, un producto que gosa de amplio reconocimiento por su alto valor nutricional.

  

3.1 Cereales

 Los principales cereales de consumo humano en México con el maíz, trigo, arroz, y avena. Por su raíz fuertemente arraigada en la cultura indígena, ha sido el maíz el cereal históricamente más aceptado y consumido en la cultura mexicana, sin embargo, desde mediados del siglo XIX, el trigo ha mantenido un permanente crecimiento, hoy día, en la zona norte del país, el trigo y sus productos derivados ocupan ya el primer lugar en las preferencias culinarias, esta primacía se manifestaba ya incluso desde los años cuarenta. A nivel mundial, el consumo y producción de cereales presenta características muy variadas y en mucho sentidos diferentes a las mexicanas, en lo que se refiere a la producción mundial de cereales, esta sería en 1999 de alrededor de  1 870 millones de toneladas, entre ellas, en números redondos, 580 millones de toneladas corresponderían al trigo. En el campo del valor nutritivo de los cereales se manifiestan notables diferencia no sólo en el contenido de nutrientes de los granos integrales en estado natural, sino que también la variabilidad alcanza a sus productos elaborados y derivados, como se podrá apreciar en las líneas siguientes:

  

3.1.1. Maíz

Los nahuas reconocían en el maíz a uno de los alimentos vitales para el mantenimiento de la vida humana, específicamente se decía que la carne y la sangre estaban hechas del maíz, idea similares se pueden encontrar en el resto de las culturas mesoamericanas perhispánicas. El cultivo del maíz muy probablemente se inició en México y América Central, desde donde se difundió por el norte hasta Canadá y al sur hasta Argentina. El maíz más antiguo se encontró en la ciudad arqueológica de Teotihuacan y tiene una antigüedad de 7 mil años, al parecer todas las variedades de maíz tienen una misma especie de origen, el teosinte (Euchluena mexicana Schrod). Después de la llegada de Cristóbal Colón al continente Americano,  el maíz se introdujo a Europa a través de España, expandiéndose a los países de la cuenca del mediterráneo y un poco más tarde a la Europa del Norte, actualmente, después del trigo y el arroz, el maíz es el tercer cereal más expandido entre los pueblos del mundo.

 

El nombre botánico del maíz es Zea mays, familia de las gramíneas, es una planta anual alta (excepto sus variedades enanas generadas artificialmente en la agricultura), con inflorescencias femeninas y masculinas, el tamaño y peso y color de la mazorca depende de los factores genéticos, agronómicos, y ambientales. Las especies harinosas contiene un grano con albúmina blanda, muy empleado en la alimentación mexicana. De manera general, el maíz ofrece valiosos elementos nutritivos en la dieta humana y animal, sirve también como materia prima en la producción de aceites, almidones, proteínas, bebidas alcohólicas o de alcoholes carburantes, igualmente como edulcorante. Las formas de consumo humano en mesoamérica son culturalmente numerosas y variadas, se le consume verde en cocimiento como elote, asado, o en  incontables formas de “tamal”, en masa cocida con agua (“atoles”), como panecillos (“tlazcales” o “toqueras”), como “pinole” (los granos tostados, molidos y mezclados con azúcar), o como bebida fermentada y alcohólica (“tesuino” y “sotol”), sin embargo, el consumo más socorrido en México es sin duda en diferentes formas de tortilla. El maíz verde se emplea con éxito en la producción de silos forrajeros de gran calidad nutricional para rumiantes, particularmente solicitados en la cría de bovinos y en la industria lechera.

  

La planta del maíz presenta un sistema metabólico organizado a fin de almacenar el almidón en los granos, en este sentido, las especies agrícolas intentan mejorar el número, tamaño y peso de los granos. Una mazorca puede contener entre 300 y 1000 granos de maíz, dependiendo de la variedad, y de las cualidades agronómicas, 100 granos pesan entre 19 y 40 gramos. Un grano de maíz contienen cuatro estructuras anatómicas: pericarpo (5 a 6 % del peso de un grano), germen o embrión (10 a 12%), albumen (80 a 85%) y la cofia (2 a 3% del peso). El siguiente cuadro ilustra claramente los tipos de maíz, en relación al peso del grano y sus contenido de aceite, y proteína.

  

Muestras de Maíz

Peso de 20

(g)

Distribución del peso en %

Total N (%)

Distribución proteica (%)

 

 

Pericarpo

Albumen

Germen

 

Pericarpo

Albumen

Germen

Americano 4251

5,62

6,3

86,3

7,4

1,31

3,3

81,2

15,5

Americano de alto contenido de aceite (HO)

5,72

6,4

71,2

22,4

1,99

2,4

68,4

29,2

Americano de alto contenido de proteínas (H5)

4,32

6,9

82,7

10,4

2,24

2,2

83,2

14,6

Americano de alto contenido de proteínas (HP)

4,97

7,4

78,9

13,7

2,14

2,7

78,2

19,1

Americano normal-Sh1 PT

4,38

6,7

79,6

13,7

2,14

2,7

78,2

19,1

Americano normal mutante-Sh1 PT

2,50

10,7

70,6

18,7

2,21

6,1

64,6

29,3

Tiquisate (TGY)(Guatemala)

8,24

4,9

83,9

11,2

1,37

2,8

75,2

22,0

San Sebastián (SSD)(Guatemala)

8,24

4,9

83,9

11,2

1,37

2,8

75,2

22,0

142-48 de Guatemala

6,91

6,9

82,1

11,0

1,83

2,6

81,0

16,4

Cuyuta de Guatemala

5,95

5,7

82,5

11,8

1,28

2,9

72,4

24,7

Teosinte de Guatemala

1,56

55,6

44,4

-

1,81

8,2

91,8

-

Nutricta QPM

5,91

5,7

82,7

11,6

1,42

1,7

72,8

25,5

QPM amarillo

6,49

5,9

81,6

12,5

1.48

2,4

73,4

24,2

QPM blanco

5,31

5,9

82,4

1,6

1,36

1,4

72,8

25,7

 Cuadro traducido del francés en : David Lubin. FAO. Rome (Italie). “Le maïs dans la nutrition humaine”. (Collection FAO: Alimentation et nutrition n°25), ISBN 92-5-203013-1. FAO code: 80 AGRIS S01. (c) FAO 1993. http://www.fao.org/docrep/T0395F/T0395F00.htm#Contents

 

 

Otros estudios muestran datos similares, sobre todo en lo concerniente al peso de las diferentes partes de la estructura anatómica del grano, el siguiente cuadro resume los datos obtenidos de dos muestras de maíz de variedad común, y una de opaco-2 (Landry et Moureaux, 1980). Las dos muestras de maíz común presentan características similares a las correspondientes del cuadro anterior, sin embargo el opaco 2 contiene un germen mucho más rico en proteína que el maíz QPM de la tabla anterior.

  

Parte del grano

Materia seca (%)

Proteína (%)

 

Común

Común

Opaco-2

Común

Común

Opaco-2

Germen

13,5

8,1

35

20,1

14,9

35,1

Albumen

80,0

84,0

61

76,5

80,5

60,7

Pricarpo

6,5

7,9

4

3.4

4,6

4.2

Cuadro traducido del francés en : David Lubin. FAO. Rome (Italie). “Le maïs dans la nutrition humaine”. (Collection FAO: Alimentation et nutrition n°25), ISBN 92-5-203013-1. FAO code: 80 AGRIS S01. (c) FAO 1993. http://www.fao.org/docrep/T0395F/T0395F00.htm#Contents

 

 Valor Nutricional del Maíz

El valor nutricional del maíz depende sobre todo del tipo de composición química de las diferentes estructuras anatómicas del grano, asi como del adecuado procesamiento, ya sea tradicional, o en la idustria moderna.

 

Continuará...