Tlahui-Politic. No. 8, II/1999


Declaración sobre la violencia desatada en Timor y la actuación de la ONU

Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Timor, a 19 de Septiembre, 1999. Tmp - Declaración sobre la violencia desatada en Timor y la actuación de la ONU. Equipo Nizkor, miembro del Serpaj Europa, Derechos Human* Rights (USA) y del GILC (Global Internet Liberty Campaign). Información.

DECLARACIÓN SOBRE LA VIOLENCIA DESATADA EN EL TIMOR ORIENTAL

La Asociación Americana de Juristas expresa su consternación ante el espiral de violencia desatado en el Timor Oriental por motivo de la consulta celebrada el 30 de agosto de 1999. Dicha consulta es resultado de los Acuerdos de Mayo, ratificados por Portugal e Indonesia, con la participación activa del Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan. En la consulta organizada y supervisada por las Naciones Unidas se le preguntó al pueblo del Timor si aceptaba o rechazaba la propuesta de autonomía especial para el Timor del Este bajo la soberanía de la República de Indonesia. La propuesta de Indonesia fue rechazada abrumadoramente por el pueblo timorense, abriéndose el camino hacia la transición a la independencia del territorio.

Fue el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, quien hizo públicos los resultados oficiales de la consulta celebrada en el Timor Oriental ante el Consejo de Seguridad. El 78.5% o es decir 344,580 del pueblo timorense rechazaron la propuesta de Indonesia de autonomía especial bajo la soberanía de Indonesia. Solo el 21.5% o sea 94,388 personas se pronunciaron a favor de la autonomía especial propuesta por Indonesia, que pretendía legitimar la anexión ilegal del Timor como provincia de Indonesia en 1976, después de invadir y ocupar militarmente el territorio en 1975.

El Timor Oriental, ex-colonia portuguesa, fue invadido por Indonesia el 7 de diciembre de 1975. Después de la Revolución de 1974, Portugal, como potencia administradora, inició un proceso de descolonización. Indonesia provocó y organizó una guerra civil culminando con la invasión del territorio. La invasión contó con el visto bueno de la administración de Gerald Ford y el entonces Secretario de Estado de los Estados Unidos, Henry Kissinger. En 1976 Indonesia anexó el territorio ilegalmente. Tanto la invasión como la anexión fueron condenadas por la Asamblea General de la ONU y el Consejo de Seguridad y la ONU continúa reconociendo a Portugal como la potencia administradora. La invasión y sangrienta ocupación han causado la muerte a unas 200,000 personas en una población de aproximadamente 850,000.

En el periodo anterior a la reciente consulta, grupos paramilitares y milicias armadas pro-integracionistas, apoyadas por los militares indonesios, se desplazaron por todo el territorio con total impunidad, sembrando un clima de terror que produjo un problema de desplazados y refugiados internos, que según la organización humanitaria CARITAS, ascendía en ese entonces a 58,000.

Con todo el pueblo salió a votar por la independencia. A raíz del anuncio de los resultados se incrementaron los actos de sangre y violencia por grupos paramilitares anexionistas. David Wimhurst, portavoz de la ONU en Dili, capital del Timor, denunció en numerosas ocasiones antes y después de la consulta, la pasividad de Indonesia y falta de voluntad en controlar la violencia provocada por los matones integracionistas. Desde el 30 de agosto, día de la votación, y sobre todo, después de anunciarse los resultados, grupos armados de las milicias anexionistas han perpetrado las acciones más sangrientas, que han costado la vida a cientos y quemado y destruído los hogares de miles.

Por ello corresponde a la comunidad internacional, particularmente las Naciones Unidas hacer todas las gestiones necesarias para poner fin a la política de violencia y terror alentada por Indonesia. La ONU es parte responsable pues participó e impulsó una consulta sobre libre determinación de un pueblo y no previó las medidas adecuadas y la infraestructura necesaria para proteger los derechos fundamentales del pueblo del Timor a su existencia como pueblo, a vivir en paz y ejercer libre de coacción y presión su inalienable derecho a la independencia. Por tanto, las Naciones Unidas no pueden abandonar al pueblo del Timor a su suerte. Los resultados de la consulta, según las Acuerdos, tienen que aprobados por el Parlamento de Indonesia, que debe reunirse en octubre. Mientras, en ese periodo de espera, a Indonesia corresponde bajo los Acuerdos, mantener la seguridad y paz en el territorio, que los hechos demuestran no tienen la voluntad política de así hacerlo.

Por tanto la AAJ considera:

1- Que las Naciones Unidas están obligadas a tomar las medidas adecuadas y necesarias para poner fin a la violencia y terror en el Timor Oriental y hacer respetar la voluntad del pueblo del Timor en su expresión popular que abrumadoramenrte favoreció la alternativa de la independencia.

2- Asimismo, la conducción y composición de la fuerza de paz de la ONU debe evitar el predominio de los países con intereses económicos en el Timor Oriental.

3- Instar a Indonesia a cooperar con una fuerza de paz internacional bajo la dirección y control de las Naciones Unidas de acuerdo con las disposiciones de la Carta en el Timor Oriental para proteger la vida de todos sus moradores en el Timor y restaurar la paz.

4- Asistir en el proceso de transición a la independencia.

5- Mantener como prioritario el tema del Timor Oriental en la agenda de todas las Comisiones pertinentes de las Naciones Unidas, incluyendo la Asamblea General.

Alvaro Ramírez González, Presidente y Vanessa Ramos, Secretaría General.

18 de septiembre de 1999.

From: Editor Equipo Nizkor nizkor@teleline.es
Más información - Further information - Plus d'information