Tlahui-Politic. No. 8, II/1999
Declaración del estudiante secuestrado Ricardo Martínez
Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. México, a 24 de Octubre, 1999. MÉXICO: UNAM: Declaración del compañero secuestrado.
Declaración del compañero secuestrado, UNAM.
Boletín de prensa. Declaración política de Ricardo Martínez Martínez,
miembro del CGH secuestrado en la ciudad de México el miércoles 20 de
octubre a las 13:40 y liberado el jueves 21 a las 23:00 hrs.
Estimados compañeros y compañeras lamento mucho no poder estar
personalmente con ustedes, pero espero que comprendan que no me encuentro
en condiciones ni anímicas ni físicas para hacerlo, pues además de golpeado
y torturado, pasé casi toda la noche declarando ante el Ministerio Público.
La experiencia que he sufrido es un grave episodio de violación de Derechos
Humanos y lo considero como un hecho de claro corte policiaco que llevaba
la intención de amenazarme e intimidarme a mí en lo personal; y al CGH,
buscaba provocarlo para que deteriore su imagen ante la opinión pública y
desvíe su atención de la exigencia de solución a las demandas del movimiento.
Estoy en camino de una valoración médica, física y psicológica y espero
pronto tener las condiciones para reincorporarme a mis actividades
políticas y académicas.
Quiero decirles que el miércoles 20 como a las 13:40 hrs. fui sacado
violentamente de un autobús en la parada de Montevideo y Vallejo, por
varios sujetos que, con extraordinaria rapidez y precisión, me subieron a
un auto grande y en el cual me tiraron en el piso de la parte posterior,
donde me cubrieron los ojos y se pusieron encima de mi tres de ellos. Me
llevaron con los ojos vendados a un lugar que no puedo identificar y ahí
permanecí todo el tiempo. Me interrogaron dos veces: la primera con
violencia física y amenazas psicológicas de incluir en ese tipo de
maltratos a integrantes de mi familia y la segunda, sin violencia física
pero igualmente intimidatoria. Estuve en manos de profesionales de la
violencia.
Mis secuestradores alardearon de ser antiparistas, y aunque todas las
preguntas giraron alrededor, del movimiento y de personajes muy conocidos
del CGH, puedo decir que no tenían ninguna profundidad ni consistencia y
que se referían a generalidades que todos conocemos de participaciones
dentro del CGH. Por eso concluyo que no buscaban información.
El secuestro duró hasta la noche del jueves 21, cuando me sacaron del lugar
y con los ojos vendados me subieron a una camioneta y me dieron vueltas
hasta dejarme en un lugar que no pude identificar. En ese trayecto
siguieron las amenazas.
Quiero decirles que de ahí tomé un taxi que me llevó por una avenida que
más tarde identifiqué como la Calzada Vallejo y en un VIPS pude comunicarme
a mi casa para decirles el lugar en que me encontraba. A ese restaurante
llegó una patrulla de la policía del D.F. con uno de mis hermanos, que me
recogió del lugar y que a pesar de que pedí que nos llevaran a mi casa, nos
trasladó directamente a la agencia 50 del Ministerio Público.
Al poco rato, llegó mi papá y de nuevo nos negamos a declarar, pero luego
de una discusión áspera aceptamos y me tuvieron declarando durante más de
cuatro horas seguidas. Por esas razones, al final me rehusé a firmar mi
declaración, pues estaba física y mentalmente agotado.
No quiero dejar de añadir algunas consideraciones sobre el marco general en
que fui secuestrado, porque creo que son ideas que pueden servir a otros
compañeros y al movimiento en general en una evaluación de lo que estamos
viviendo.
Como todos recordamos, un día antes de mi secuestro el rector Barnés había
pedido nuevamente aplicar la mano dura con el pretexto de la toma de los
institutos y la Comisión de Contacto había argumentado lo mismo para no
asistir al diálogo con el CGH y que conste que estábamos todavía con la
herida fresca de la agresión policíaca sufrida frente a Televisa.
Con ese clima, lo más grave es que se comienza a decir por todos los medios
que el conflicto se puede alargar hasta principios del próximo año, lo que
significa que la escalada represiva y de provocaciones puede extenderse y
multiplicarse aún más, sumando nuevas agresiones contra compañeros de base
o representantes de escuelas.
Tenemos que desarrollar acciones imaginativas que mejoren la imagen externa
del movimiento ya que el gobierno seguirá empeñado en deteriorarla con un
uso doloso de los medios de comunicación. Creo que también debemos ampliar
las alianzas y desplegar movilizaciones que nos coloquen al lado de los
trabajadores en su lucha salarial, pues la negativa de las autoridades a
atender su justa demanda de aumento está planteada para ponerlos en choque
con la nuestra.
La consulta del 26 tiene que ser nuestra respuesta contundente a los
ataques que está escalando Barnés contra el CGH. Debemos insistir en que la
alternativa del movimiento pasa por el Congreso Resolutivo.
Quiero agradecerles a todos los compañeros y organizaciones sociales y
políticas porque se movilizaron exigiendo mi presentación. Su solidaridad
ha sido importantísima para mi familia y para mí en lo personal, ha sido
estremecedora. Creo que la exigencia de respeto a los Derechos Humanos ya
es otra de las tareas políticas del movimiento dadas las condiciones de
agresión y de desgaste a que se nos quiere llevar.
Fraternalmente:
Ricardo Martínez Martínez
Estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de
Ciencias políticas y Sociales
México, D. F.,
22 de octubre de 1999
Desde: unamva@starmedia.com
From: Comité Internacionalista Arco Iris ale.ramon@numerica.it
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