Tlahui-Politic. No. 8, II/1999
41o Aniversario del triunfo de la Revolución Cubana
Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Cuba, a 30 de Diciembre, 1999. CUBA:
"41o Aniversario del triunfo de la Revolución Cubana". Culto A La Dignidad Plena Del Hombre, por Sergio Ramírez.
El triunfo de la Revolución Cubana (1o de enero de 1959) es la culminación
de las luchas que durante más de 100 años llevó a cabo el pueblo por la
independencia de su país. La Revolución que convirtió en protagonista de su
destino a la inmensa mayoría de la población, provocó criminales acciones
de los EE.UU para impedir que disfrutara de la libertad deseada, por lo
cual se derramó tanta sangre. Cualquier análisis objetivo sobre la
situación cubana deberá consignar la presencia de la política
norteamericana, dirigida a cercenar los anhelos de libertad,
autodeterminación y justicia social del pueblo cubano.
Figuras como Carlos Manuel de Céspedes, Antonio Maceo, José Martí, Julio
Antonio Mella, Antonio Guiteras y Fidel Castro desentrañaron, en cada uno
de los momentos históricos que les tocó vivir, las verdaderas motivaciones
políticas de las agresiones de EE.UU. hacia Cuba.
Mientras los patriotas cubanos luchaban en la manigua en el siglo pasado,
los EE.UU. esperaban el momento oportuno para intervenir y apoderarse de
Cuba. Así ocurrió en 1898, cuando se produjo la historia trágica de la
intervención norteamericana en la Guerra de la Independencia que liberaban
los cubanos contra España.
Para Cuba, la primera mitad del siglo XX significó la experiencia de sufrir
múltiples invasiones del ejército de los EE.UU. en virtud de la enmienda
Platt, que fue impuesta como un apéndice de la Constitución cubana y que
obligó al país a vivir subordinado a la voluntad del gobierno
norteamericano.
La Revolución de enero de 1959, de profundo carácter nacional, popular y
humanista, pudo materializar los sueños y las ansias de libertad por las
que lucharon los patriotas cubanos durante el pasado y presente siglo.
Destruir al pueblo cubano ha sido y es el objetivo norteamericano desde
1959. Se trata simplemente de un genocidio. Durante más de 4 décadas,
EE.UU. ha realizado un bloqueo contra Cuba y su población. Ha ocasionado la
muerte y la enfermedad, el dolor y el sufrimiento de millones de cubanos,
víctimas de una política que no sólo aún perdura sino que se refuerza
constantemente en su aspecto destructor. Los culpables de este intento de
genocidio y sus cómplices gusanos de distintos pelajes deben ser castigados
conforme a la legislación internacional contenida en la Convención para la
Prevención y Sanción del delito de Genocidio.
HISTORIA DE CRÍMENES Y AGRESIONES
La verdad histórica de las agresiones norteamericanas contra Cuba que,
inútilmente, los voceros del imperio, de la reacción mundial y de la
gusanería trasvesti, intentan ocultar o negar, se encuentra, también, en
los documentos secretos norteamericanos que han sido desclasificados. Tal
historia comienza el 1o de enero de 1959. Aún antes de que la Revolución
triunfante procediera a la formación de un gobierno revolucionario, se
produjo el primer zarpazo contra la economía cubana cuando los que habían
saqueado el Tesoro Público (se robaron 428 millones de dólares) escaparon
hacia EE.UU., con la protección del gobierno de turno. Jamás ese dinero fue
devuelto, pese a las demandas justas del pueblo cubano. En cambio, la
administración norteamericana decidió (12.02.59) no condecerle ningún
préstamo a Cuba, ni siquiera la insignificante suma que se solicitó para
sostener la moneda cubana, ante el brutal robo de todas las reservas del
país.
Así comenzaron a escribirse las primeras páginas de la guerra económica
contra Cuba. Mucho antes de que se adoptaran las primeras medidas
revolucionarias, mucho antes de que el pueblo cubano proclamara el carácter
socialista de su revolución. Sus acciones, desde sus inicios, han sido y
continúan siendo engranajes de una guerra contra la Nación cubana, contra
su independencia y contra todo el pueblo cubano. Comenzó entonces una
política dirigida a socavar puntos vitales de la economía cubana. En
noviembre de 1959, las presiones del gobierno norteamericano impidieron la
venta a Cuba de aviones británicos. En junio de 1960 las principales
empresas norteamericanas anunciaban que no enviarían ni un sólo barril de
petróleo a territorio cubano y prohibieron la utilización de sus refinerías
para procesar los crudos adquiridos en la URSS. La esencia criminal de esta
política genocida está sintetizada en un Memorandum del Departamento de
Estado norteamericano (24 05.59). En él se establece la supresión de la
cuota azucarera en el mercado norteamericano para provocar que "la
industria azucarera sufriera una abrupta e inmediata caída, ocasionando la
generalización de un mayor desempleo. Grandes cantidades de personas
quedarían sin trabajo y comenzarían a pasar hambre". El presidente
Eisenhower primero reduce la participación de Cuba en el mercado azucarero
norteamericano y días después suspende la cuota azucarera.
El bloqueo siempre ha tenido un carácter extraterritorial porque desde sus
inicios busca arrebatar a Cuba su independencia, pisotea la soberanía de
los demás pueblos y castiga con deliberada crueldad a toda la población
cubana. Para comprobar tales afirmaciones, basta examinar las disposiciones
contenidas en las Regulaciones para el Control de Activos cubano, vigentes
desde el 8 de julio de 1963. En ella aparecen registradas las numerosas e
ilegales medidas de intromisión en las actividades económicas y comerciales
extranjeras radicadas fuera de la jurisdicción norteamericana, y las
prohibiciones totales no sólo contra Cuba sino, igualmente, contra todas y
cada una de las personas de nacionalidad cubana, sin excepción, residentes
en el territorio nacional, respecto de las cuales se impide cualquier
transacción y a quienes se les confiscó, incluso, sus propiedades, ahorros,
herencias y pensiones, retenidas en EE.UU.
Desde el primer día del triunfo de la revolución cubana, EE.UU. ha tenido
una conducta genocida que ha perdurado por más de 4 décadas. Ella la han
sufrido 3 generaciones de cubanos. Bajo ella nacieron y han vivido toda su
vida las dos terceras partes de su población actual. El pueblo ha debido
padecer, sobrevivir y desarrollarse en condiciones absolutamente injustas e
injustificables, impuestas de modo frío y calculado por la potencia más
poderosa de la tierra, que busca así abatir a la nación cubana y exterminar
a su pueblo.
La guerra económica contra Cuba la han practicado 9 administraciones
norteamericanas, concretizándola en leyes, reglamentos y ordenanzas
violatorias del derecho y de la moral. Han intentado obligar a terceros
países a acatarlas pisoteando sus soberanías y burlando las normas
internacionales. Han amenazado a ciudadanos norteamericanos y de otros
países. Han intentado engañar y manipular la opinión pública mundial y han
presionado y sobornado por doquier para imponer su voluntad de gendarme
internacional. Tales acciones han creado innumerables dificultades al
desarrollo económico de Cuba; le han hecho imposible adquirir productos,
equipos, bienes, servicios y tecnologías, la han privado de financiamientos
y créditos; han infligido grandes perjuicios a su comercio exterior
deprimiendo los precios de los productos que Cuba vende y encareciendo sus
importaciones y el transporte; han afectado todas las ramas de su economía
con graves consecuencias para las condiciones materiales en que vive el
pueblo. Incansables diplomáticos norteamericanos se han dedicado a
perseguir, por todo el mundo, hasta el último gramo de níquel o de azúcar
cubanos que pueda contener cualquier producto extranjero para prescribirlo
del mercado estadounidense o para impedir la venta a Cuba de toda
producción extranjera si ella contiene aunque sea una partícula de origen
norteamericano.
El gobierno cubano se dispone a emplear todas las vías legales para
combatir el bloqueo y defender los derechos de su pueblo. En tal sentido,
ha presentado una demanda de indemnización por más de 100 mil millones de
dólares contra el gobierno de EE.UU., por las daños ocasionados al pueblo
de Cuba por el bloqueo, que ha durado ya más de 40 años.
CAUSAS DE 41 AÑOS DE AGRESIONES
La hostilidad del gobierno norteamericano contra Cuba los 41 años
transcurridos desde su triunfo armado contra la dictadura de Batista, no es
sólo una consecuencia de su lucha "contra la expansión del comunismo" o de
una simple confrontación ideológica marxismo versus capitalismo y, mucho
menos, de la existencia de una preocupación real por la situación de los
derechos humanos en la Isla. No, es, fundamentalmente, la continuación de
su política de impedir a toda costa la total independencia de Cuba. Es
también la reacción desesperada ante la decisión inapelable y soberana del
pueblo cubano de construir libremente su destino.
El nivel de la agresividad norteamericana aumentó en la medida de que sus
intereses se vieron afectados. Entre las primeras medidas revolucionarias
aprobadas por el pueblo está la Ley de Reforma Agraria dirigida a acabar
con el latifundio y entregar la tierra al que la trabaja. Dicha Ley no era
discriminatoria. Reconoció la compensación, incluso más generosa que la
emisión de bonos de la Reforma Agraria japonesa del general Arthur que
limitaba el interés al 2,5% anual y la amortización en 24 años, en tanto
que la cubana fijaba el interés al 4,5% anual y amortizable en 20 años. La
reacción del Gobierno de los EE.UU. no se hizo esperar y el 25 de junio de
1959, en acto de flagrante intromisión en los asuntos cubanos, exigió "el
pago de una pronta, adecuada y efectiva compensación".
El proceso nacionalizador iniciado con la ley indicada, fue seguido por la
ley 851 (6-06-60), por medio de la cual "se autoriza al Presidente de la
República y el Primer Ministro para que dispongan, conjuntamente, mediante
resoluciones, cuando lo consideren conveniente a la defensa del interés
nacional, la nacionalización por vía de expropiación forzada, según dispone
el artículo 24 de la Constitución, de los bienes de propiedad de persona
natural o jurídica natural de los Estados Unidos de América". La ley
también dispuso el pago, por concepto de indemnización de los bienes
expropiados. Este precepto legal, de carácter defensivo ante la actitud
asumida por los EE.UU., no fue ejecutada hasta el 6 de agosto de 1960,
mediante la Resolución No 1 que dispuso la nacionalización de 26 empresas
norteamericanas, mientras que la Resolución No 2 (17-10-60) nacionalizó los
3 bancos norteamericanos. Otra medida popular, revolucionaria, fue la
promulgación (14-11-60) de la Ley de Reforma Urbana que entregó las
viviendas a quienes las habitaban y compensó a sus antiguos dueños, incluso
con pensiones vitalicias después de haberles cancelado el valor del
inmueble afectado.
La agresividad de los Estados Unidos fue en aumento. La Ley de Asistencias
Extranjeras, en su sección 620 (a) de 1961, dispuso: "No se le suministrará
ninguna asistencia de acuerdo con esta Ley al actual Gobierno de Cuba. Como
un medio para instrumentar y llevar a efecto la política indicada en la
oración precedente, el Presidente queda autorizado a establecer y mantener
un embargo total de todo el comercio entre los Estados Unidos y Cuba". La
Orden Ejecutiva Presidencial 3447 impuso, a partir de las 12:01 a.m. del 7
de febrero de 1962, el bloqueo total sobre el comercio entre los Estados
Unidos y Cuba, el cual ha recrudecido posteriormente cada año, hasta asumir
el carácter de una guerra económica y un agresivo y criminal intento de
genocidio.
LA ALTERNATIVA SIGUE SIENDO LA MISMA
La Revolución significó empleo pleno a los cubanos, alfabetización de
millones de ciudadanos, atención médica gratuita, reforma de los pagos de
alquileres y disponer de una canasta de productos básicos para todos. Ella
hizo que la vida de la mayoría de los pobladores de la Isla fuese, por
primera vez, decorosa.
Al inicio del Tercer Milenio, la alternativa para Cuba sigue siendo la
misma de hace más de 100 años: independencia o anexión neocolonial. La
independencia, defendida por la abrumadora mayoría del pueblo cubano, y la
anexión, largamente buscada por EE.UU.
El pueblo cubano, al defender su soberanía, libertad e independencia, ha
frustado los apetitos injerencistas de los gobiernos norteamericanos. Por
lo cual, a cambio, ha sido bloqueado, agredido, hostigado y sometido a una
siniestra campaña publicitaria dirigida a erosionar la imagen de la
Revolución Cubana y sus realizaciones con el claro propósito de derrocar a
sus autoridades.
EE.UU., el país que le arrebató la independencia a los cubanos a fines del
siglo pasado, ha intervenido militarmente en varias ocasiones en virtud de
tratados impuestos, dió albergue a los esbirros de la dictadura de Batista
-responsables de la aplicación sistemática de la tortura, las
desapariciones y de la muerte de más de 20 mil cubanos-, financió una
agresión mercenaria a gran escala, planeó atentados contra dirigentes
revolucionarios y estimuló todo tipo de sabotajes a la economía nacional.
Además tolera la presencia en su territorio de merceranrios, que declaran
abiertamente su intención de agredir militarmente a Cuba, mantiene una base
militar en territorio cubano contra la voluntad de su pueblo y ha condenado
a los cubanos a morir de hambre y perecer por enfermedades, al sostener el
más injusto y criminal bloqueo económico, comercial y financiero, jamás
impuesto sobre pueblo alguno. Así, pretende ahora convertirse -sin que le
asiste moral alguna para ello- en defensor de los DD.HH de la población
cubana.
Nadie que respete la justicia podrá negar la existencia de una diferencia
bilateral entre EE.UU. y Cuba, que data de mucho antes del triunfo de la
Revolución, y que el objetivo de la campaña desarrollada por la
administración norteamericana contra Cuba es involucrar a la comunidad
internacional en un conflicto que debiera ser resuelto, ante todo, mediante
negociaciones basadas en el respeto a los principios de la Carta de las
Naciones Unidas.
EN NOMBRE DE LA LIBERTAD
Lo que está en juego hoy en Cuba es la validez de las ideas, que no se
pueden medir por los posibles errores de su aplicación, como ocurrió en los
ex países socialistas europeos. Los hombres no son eternos, lo son sus
ideas. Fidel decía en el 40 Aniversario del Asalto al Moncada: "Hoy hemos
tenido que seguir solos, sin campo socialista y sin URSS. Si alguien quería
poner a prueba el coraje, la dignidad, el patriotismo y el honor de este
pueblo, pues bien se han puesto a pruebas con lo que ha ocurrido".
Para destruir la idea, el sueño y el porvenir de los cubanos se ha lanzado
en su contra una feroz campaña que pretende erosionar el bien ganado
prestigio mundial de Cuba. Para ello se utiliza, hipócritamente, el tema de
los DD.HH. Por esos derechos inició Carlos Manuel de Céspedes la guerra por
la libertad, que fue concebida en sus inicios para todos, sin distinción.
Por una Cuba donde la Ley primera de la República fuese el culto de los
cubanos a la dignidad plena del hombre, murió José Martí y por ella
murieron también hombres como Antonio Maceo, Julio Antonio Mella, Antonio
Guiteras, Martínez Villena, Abel Santa María y muchos otros.
Los propósitos del imperio han fracasado. Fidel Castro lo señalaba en la
reciente Cumbre Iberoamericana de La Habana: "El más grande gigante que
también ojos humanos presenciaron a lo largo de la historia no ha podido
vencerlo ni mediante guerras sucias, invasiones mercenarias, amenazas de
guerra nuclear, bloqueo y medios masivos para divulgar mentiras y
calumnias, que son hoy sus más poderosas y sofisticadas armas".
En nombre de la libertad triunfó el 1o de Enero de 1959 la Revolución
Cubana que es y será ejemplo para los humillados y explotados del mundo.
Ella ha garantizado el derecho humano fundamental: el derecho a la vida y
dignidad plena del hombre. En el presente, ha dicho Fidel, "...tiene una
tarea prioritaria, como la hemos definido: salvar la Patria, la Revolución
y las conquistas del Socialismo, porque es lo que podemos luchar hoy, sin
renunciar jamás al socialismo... Cuántos pueblos habrían sido capaces de esa
valentía, de esa presencia de ánimo, de esa firmeza de principios como lo
ha sido el pueblo cubano, hoy colocado en esta encrucijada terrible en que
estamos envueltos, pero nuestra Revolución no puede ni venderse ni
entregarse. El país no puede ser vencido ni entregado... No tenemos otra
alternativa que la victoria..."
From: Comité Internacionalista Arco Iris ale.ramon@numerica.it
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