Tlahui-Politic. No. 8, II/1999


FARC-EP: Por la Paz y la Reconstrucción del País

Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Colombia, a 25 de Octubre, 1999. COLOMBIA: FARC-EP: Por la Paz y la Reconstrucción del País. Documento Presentado por las FARC-EP a la mesa de diálogo el 24 de Octubre de 1999. La Uribe, Meta (Colombia).

Doctor Víctor G. Ricardo Alto Comisionado para la Paz,

Señores presidentes del Senado y Cámara de Representantes; señores fiscal, procurador y contralor generales de la nación; señor defensor del pueblo. Señores firmantes del acuerdo político de Caquetania: doctores Horcado Serpa, Omar Yépez Alzate, Nohemí Sanín y Jaime Caycedo; doctor Gustavo Carvajal presidente honorario de la conferencia permanente de los partidos políticos de América Latina COPPPAL; señores integrantes de la pasada Comisión de Diálogos, doctores: Fabio Valencia Cossio, María Emma Mejía, Nicanor Restrepo y Rodolfo Espinosa Meola; señores obispos representantes de la conferencia episcopal, señor Francisco Javier Múnera, obispo de San Vicente del Caguán, señores gobernadores y diputados de las asambleas departamentales del Meta y Caquetá ;señores alcaldes y concejos municipales de los cinco municipios desmilitarizado; señores integrantes del consejo de paz de San Vicente.

Queridos habitantes de los municipios de San Vicente del Caguán, la Macarena, Vista Hermosa, Mesetas, Uribe y compatriotas en general: A todos el saludo revolucionario y bolivariano de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo, FARC-EP.

Hoy con nuestra presencia ratificamos el deseo de paz con justicia social, independencia y soberanía para toda Colombia, fundamento inalterable de nuestra lucha por el pueblo desde Marquetalia, hasta hoy y siempre.

Con muchas dificultades hemos llegado a la instalación de la mesa, momento en que el pueblo colombiano adquiere los espacios para exponer su problemática a la Comisión Temática, vinculándose de esta manera directa al proceso que busca la paz duradera y definitiva para la nación.

En esta etapa se pondrá a prueba la decisión política, si verdaderamente la tienen, del gobierno nacional, del Estado, de la clase gobernante y sus partidos, de permitir las transformaciones estructurales del Estado, mas el compromiso serio de realizar programas de significativa inversión social, económica y política, que solucionen en corto plazo el creciente desempleo, la cascada de impuestos indirectos, la perdida acelerada del valor adquisitivo de la moneda colombiana frente al dólar, las carencias en salud, educación, vivienda y el desmonte definitivo del sistema UPAC y no solo un engaño o cambio de nombre; que contemple la reliquidación y reintegro de todos los intereses ilegalmente cobrados y la devolución de las viviendas expropiadas en embargos, sobre la base de esa política usurera institucionalizada; y que se implemente una política gubernamental de verdadero fomento de vivienda popular, cuyo verdadero objetivo sea el beneficio social y no las ganancias de los constructores y del capital financiero; así como la urgente necesidad de solucionar la grave crisis que asfixia al sector agrario, como resultado de la nefasta política aperturista del Modelo Neoliberal, donde hemos pasado de ser un país exportador de productos agrícolas, a importador: de arroz, maíz, papa, plátano...y hasta carne; lo que podrá solucionarse únicamente con la urgente revisión y cambio de modelo definitivo.

Los costos de la paz con justicia social, sin exclusiones, ni intimidaciones, ni asesinatos, los deberán pagar quienes han llevado a Colombia a la peor crisis de su historia.

Ni los trabajadores, ni el pueblo, ni las organizaciones populares, son responsables del robo continuado de las inmensas riquezas de nuestro país, por parte de los politiqueros corruptos que han administrado solo para beneficio de sus chequeras personales durante los últimos 50 años; y ahora, se resisten a devolverle a los pobres, parte de lo que les han quitado en tantos años de explotación, marginamiento, muertes, mutilaciones, niños y ancianos hambrientos, millones de desplazados y la barbarie institucional indiscriminada, contra quienes reclaman con justeza sus derechos.

Las FARC-EP, como parte del pueblo en armas, se solidariza incondicionalmente con la lucha de cada uno de los colombianos por conseguir mejores condiciones de vida, que lo dignifiquen a el y a su familia.

A pesar de que los culpables de la bancarrota en que se encuentra el país están a la vista, consideramos que todos debemos aportar y comprometernos en la solución de la crisis social y política que agobia a Colombia, para poder decir por fin: no mas terrorismo de Estado en su expresión paramilitar; no mas impunidad para los generales y otros militares implicados en la violación de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario; no mas incremento del presupuesto de guerra; no mas ayuda militar gringa; no mas amenazas para las ONG's y demás organizaciones defensoras de la vida; no mas desplazados; no mas exiliados; no mas imposiciones del fondo monetario internacional; no mas endeudamiento externo; no mas injerencia del Estado Norteamericano en los asuntos internos de Colombia; no mas privatizaciones no mas indignidad y entrega de nuestra soberanía; no mas censura y manipulación de la prensa; no mas analfabetismo; no mas corrupción ni politiquería; no mas colombianos sin vivienda; no mas criminalización de la protesta social; no mas despidos masivos de trabajadores; no mas justicia sin rostro; no mas hacinamientos en las cárceles ni trato inhumano a los presos; no mas discriminación para la mujer y las minorías étnicas; no mas campesinos sin tierra ni créditos; no mas latifundios; no mas recortes a la inversión social; no mas entrega de nuestras riquezas energéticas y estratégicas a las transnacionales no mas contaminación y destrucción del ecosistema con las fumigaciones.

Con relación al fenómeno de producción, comercialización y consumo de narcóticos y alucinógenos, entendido ante todo como un grave problema social que no puede tratarse por la vía militar, que requiere acuerdos con los campesinos productores de los cultivos ilícitos, con la participación de la comunidad nacional e internacional y el compromiso de las grandes potencias como principales fuentes de la demanda mundial de los estupefacientes es necesario hacer una marcada diferenciación entre los campesinos que siembran la coca como único medio de subsistencia y los que trafican con los derivados de los cultivos ilícitos.

Por ello, las FARC EP, mantiene la propuesta al gobierno nacional de desmilitarizar el municipio de Cartagena del Chaira (donde la producción de coca es alta), para emprender con la colaboración de la comunidad, un programa de sustitución de cultivos ilícitos por lícitos, para demostrar al gobierno nacional y a la comunidad internacional, que este problema requiere no de un trato policivo, sino de un enfoque económico- social, donde se requiere de una considerable inversión económica, la que deberán aportar el Estado colombiano y la comunidad internacional, la que deberá garantizar el mercadeo.

Por nuestra parte permaneceremos atentos para impedir que personas inescrupulosas desvíen estos recursos para beneficio personal. Respecto a la extradición de colombianos, las FARC-EP, por principio y nacida de su convicción política, revolucionaria y bolivariana, se han opuesto, se oponen y se opondrán, a la extradición de compatriotas para ser juzgados en otros países, con cualquier pretexto, por considerar esto una grave violación a nuestra soberanía e independencia.

Consideramos que es necesario reestructurar las relaciones con los Estados Unidos de Norte América, sobre la base del respeto reciproco y la libre autodeterminación de los pueblos.

Para finalizar hacemos un llamado a todos los pobres y amigos de la paz con justicia social, a redoblar esfuerzos en el batallar Diario por salvar a Colombia del cáncer de la corrupción, el clientelismo, la politiquería y la guerra institucional, despiadada e injusta, contra el pueblo valeroso y digno, que reclama por las exclusiones, por el saqueo y la injusta distribución de las riquezas.

Los colombianos tenemos la obligación de luchar por lo que nos pertenece, para el logro de una vida mejor para nuestros hijos, y estamos seguros que si la lucha popular se dispersa, no habrá victoria en el combate por la paz con justicia social.

Vivan las FARC-EP, viva Colombia y su gente.
Comisión de diálogos de las FARC-EP
Raúl Reyes, Joaquín Gómez y Fabián Ramírez

Muchas gracias a todos y todas

From: Comité Internacionalista Arco Iris ale.ramon@numerica.it
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