Tlahui-Politic. No. 8, II/1999
Declaración de la misión de apoyo a los defensores de DH
Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Colombia, a 24 de Septiembre, 1999. Col - Declaración de la misión de apoyo a los defensores de derechos humanos.
Equipo Nizkor, miembro del Serpaj Europa, Derechos Human Rights (USA) y del GILC (Global Internet Liberty Campaign).
Información.
DECLARACIÓN PÚBLICA DE LA MISIÓN POLÍTICA INTERNACIONAL DE RESPALDO A
LOS DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA
La Coordinación de ONG de Derechos Humanos de
Colombia(Colombia-Europa-Estados Unidos) y el Comité Ad Hoc no
gubernamental de Acción y Protección para los Defensores de los Derechos
Humanos en Colombia tomaron la iniciativa de encargar a un conjunto de
expertos en derechos humanos para que realizase un estudio sobre la
situación de ataques y hostigamientos de que vienen siendo víctimas las
organizaciones y personas que defienden los derechos humanos en
Colombia.
Dicho estudio fue elaborado por una Misión Técnica Internacional, que
visitó el país en agosto de 1999. Sus recomendaciones y conclusiones
preliminares dirigidas al Gobierno Colombiano y a la comunidad
internacional fueron encomendadas a nosotros, provenientes de diferentes
países, a quienes se nos invitó a constituirnos en Misión Política
Internacional, a fin de presentar a las mas altas autoridades
colombianas, nuestras sugerencias. A tal efecto, hemos mantenido
encuentros con diversas entidades, organizaciones y autoridades civiles
y militares, a quienes agradecemos el interés mostrado por el tema
objeto de la Misión, así como el tiempo que nos han dispensado para el
intercambio de opiniones e informaciones.
El compromiso por la defensa de los derechos humanos es una cuestión que
compete a toda persona, tal como lo establece la Declaración Universal
de Derechos Humanos de 1948. El creciente aumento de violaciones masivas
a estos derechos en diversas partes del mundo es alarmante y debe
provocar un interés activo y universal por su defensa. Este es el
contexto en que la Misión Internacional ha venido a Colombia -con
humildad y en afán de colaboración- para mostrar el apoyo expreso a
todas aquellas personas, mujeres y hombres, profesionales, académicos,
intelectuales, líderes sindicales, indígenas y populares, educadores,
periodistas o servidores públicos, que han manifestado su compromiso
inequívoco en la defensa de los derechos humanos y cuya actividad
constituye la base fundamental para la consolidación de todo sistema
democrático, en su labor no siempre reconocida y muchas veces
menospreciada desde estamentos oficiales.
Desde aquí damos todo nuestro ánimo y fortaleza, porque ellos son la
parte más activa y comprometida de una sociedad civil que cada día debe
asumir más protagonismo en el control y exigencia a las instituciones
públicas.
La misión ha estado integrada por:
a) Kerry Kennedy Cuomo, abogada fundadora del Centro de Derechos Humanos
Robert F. Kennedy, de Washington.
b) Marvin Frankel, abogado, Ex-juez federal de Estados Unidos,
expresidente de la Junta Directiva del Comité de Abogados para los
Derechos Humanos de Nueva York.
c) Baltazar Garzón, juez de la Audiencia Nacional de España, premio
nacional de derechos humanos 1990.
d) P. Luis Pérez Aguirre, Director de Servicio de Paz y Justicia de
Uruguay.
e) Frank LaRue. Director del Centro para la Acción Legal en Derechos
Humanos de Guatemala.
f)Francisco Soberón, Vice-presidente de la Federación Internacional de
Derechos Humanos, delegado del Observatorio para la Protección de los
Defensores de Derechos Humanos (FIDH-OMCT), con sede en Ginebra.
g) Margaret Popkin, Directora en funciones del Centro de Derechos
Humanos Robert F. Kennedy y miembro de la Misión Técnica de Respaldo a
Defensores de Derechos Humanos en Colombia.
Charles Roberts, intérprete.
Durante la Misión nos hemos entrevistado con:
* Organizaciones No-Gubernamentales de Derechos Humanos.
* Fiscalía General de la Nación.
* Procuraduría General de la Nación.
* Ministerio de Defensa y Altos Mandos Militares.
* Representantes de Misiones Diplomáticas Acreditadas en Colombia.
* Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos
Humanos en
Colombia.
* Dirección General de la Policía y Dirección General del DAS
* Defensoría del Pueblo.
* Comisión de Derechos Humanos del Congreso de la República.
* Vice-Cancillería.
* Vicepresidencia de la República y Ministerio del Interior.
Visita que concluirá en el día de hoy con dirigentes de la Organización
Nacional Indígena de Colombia, ONIC y Parlamentarios indígenas, el
Consejo Superior de la Adjudicatura y el Señor Presidente de la
República, Doctor Andrés Pastrana Arango.
La misión vio con profunda preocupación la situación grave de ataques y
amenazas en contra de defensores de derechos humanos en Colombia. En los
últimos dos años, cerca de 30 defensores han sido asesinados; uno ha
sido desaparecido, cuatro secuestrados y posteriormente liberados,
cuatro más se hayan detenidos, aproximadamente 70 han sido objeto de
amenazas y hostigamiento directos; y al menos 27 han sido forzados al
exilio para proteger su vida. Adicionalmente, varias sedes de
organizaciones sindicales y de derechos humanos han sido objeto de
atentados con bombas, que han destruido sus edificaciones.
En el año en curso ha habido en Colombia 269 masacres y 1.299 muertes
hasta el 21 de Septiembre. La población civil se ha convertido en
objetivo y víctima inerme del conflicto armado interno, habiéndole sido
anulados los más elementales derechos, amparados por el derecho
internacional de los derechos humanos y el derecho internacional
humanitario.
Hemos tenido ocasión de comprobar la situación de extrema dificultad en
la que se desarrolla la labor de las instituciones públicas. Algunos
servidores públicos han sido muertos, secuestrados o amenazados por las
fuerzas paramilitares y la guerrilla. Hemos visto con preocupación la
carencia de medios suficientes de instituciones como la Defensoría del
Pueblo para desarrollar la labor constitucional que les ha sido
asignada, en especial en el ámbito de la defensa de los derechos humanos
y el control de los poderes públicos. Sin embargo hemos comprobado con
satisfacción la existencia de un claro compromiso por parte del Gobierno
para consolidar una eficaz lucha contra las violaciones de los derechos
humanos en Colombia. En este ámbito, hemos estado atentos al alcance de
las reformas legislativas proyectadas y que abordan aspectos
fundamentales para una mayor protección de aquellos derechos.
Algunas de las conclusiones obtenidas y cuya elaboración definitiva se
harán llegar en un futuro próximo a las autoridades y a la comunidad
colombiana así como a la comunidad internacional, son las siguientes:
1) Los actores que producen la mayor violación a los derechos humanos
fundamentales y al derecho internacional humanitario en la actual
situación de conflicto son los paramilitares y las guerrillas. Sin
embargo, también hemos obtenido evidencias que acreditan ciertas
vinculaciones entre estamentos de las fuerzas armadas y los grupos
paramilitares.
2) No hemos constatado que exista una política gubernamental de
protección a las fuerzas paramilitares. Empero, se observa un
insuficiente control de dichas fuerzas por parte del Gobierno, que sería
necesario para garantizar la vigencia de los derechos humanos.
3) Con relación a algunas de las masacres de las que hemos obtenido
información, en concreto de las producidas recientemente en La Gabarra,
región del Catatumbo, hemos podido conocer cómo organizaciones no
gubermanentales advirtieron a las autoridades públicas sobre la
presencia de grupos paramilitares y el riesgo de que éstos produjeran
una agresión contra la población, como finalmente ocurrió. Por su
actitud de denuncia, representantes de dichas ONG han sufrido ataques
desde algún sector del Ejército, de manera inadmisible, que ha tratado
de vincularlos con la guerrilla, llegando a hablar de la "guerra
jurídica y escrita", exponiéndolos a serios riesgos.
4) Abogamos por la necesidad de la erradicación de actividades ilícitas
en el seno de la Fuerza Pública que bien, por acción o por omisión,
consienten tales conductas.
5) Entendemos que un Estado de Derecho es incompatible con la admisión
de cualquier forma de impunidad y por tanto, demandamos que se aborde
una investigación penal seria, imparcial y efectiva de las violaciones
cometidas contra las personas, organizaciones e instituciones que
promueven y defienden los derechos humanos y asegurar la aplicación de
sanciones a los autores materiales e intelectuales.
6) Asumimos el reclamo de los defensores de derechos humanos y en tal
sentido lo hemos transmitido a las autoridades públicas, de que los
archivos de inteligencia sobre ellos y otras personas vinculadas a este
ámbito sean comunicados a los interesados, y en su caso, rectificados,
aclarados o eliminados.
7) Vemos muy positiva la Directiva Presidencial 07 del 9 de septiembre
de 1999, aunque pedimos expresamente que se traduzca en actuaciones
específicas y concretas que conduzcan a una efectiva garantía y
protección de los derechos y a las correspondientes sanciones de las
violaciones de los mismos.
8) Pedimos que las instituciones del Estado se tomen con seriedad la
defensa de los derechos de los indígenas y de las comunidades negras
violentados por los agentes del conflicto, por cuanto aquellas deben
protegerlos con el respeto a sus tradiciones y cultura, evitando
anteponer los intereses económicos a lo que constituye su esencia étnica
y vital.
9) Ante la eventual materialización de la ayuda para la lucha
antinarcóticos de los Estados Unidos a Colombia, expresamos la
preocupación de que dicha ayuda afecte negativamente la vigencia de los
derechos humanos, y por ello nos oponemos a la misma, en tanto no se
garantice el respeto a tales derechos.
10) Vemos positiva la evolución legislativa que ha permitido la
desaparición de la Justicia "sin rostro" y su substitución por la
Justicia Especializada, siempre que ésta, como la ordinaria, actúe
basada en el cumplimiento real y efectivo de los principios
constitucionales del debido proceso, publicidad, contradicción y
presunción de inocencia. En ningún caso dichas actuaciones podrán
constituir un mecanismo para acosar a personas y organizaciones en razón
de sus actividades en la denuncia, promoción y defensa de los derechos
humanos.
11) Consideramos positiva la reducción de competencias de la
jurisdicción penal militar aprobada por el Congreso. No obstante para
alcanzar una auténtica salvaguarda de los derechos humanos, debería
restringirse su ámbito de aplicación, incluyendo sólo los delitos
estrictamente militares.
12) Solicitamos que se active al máximo la aprobación de la legislación
sobre desaparición forzada de personas y la ratificación del Estatuto de
la Corte Penal Internacional.
13) Abogamos porque el gobierno retire la iniciativa legislativa que
propone suprimir algunas
personerías municipales.
14) Consideramos imprescindible que la protección y seguridad de los
defensores de derechos humanos sea plenamente garantizada por el Estado.
En tal sentido pedimos al Ministerio del Interior que adopte todas las
medidas necesarias para asegurar aquella y salvar los obstáculos
surgidos hasta este momento.
15) Pedimos que se reanude el espacio de diálogo entre las ONG
defensoras de derechos humanos y las fuerzas armadas, asumiendo éstas la
autocrítica de las disfunciones internas que han llevado a la violación
de los derechos fundamentales desde su seno.
16) Solicitamos que las autoridades públicas competentes hagan todo el
esfuerzo posible para llevar a efecto las órdenes de búsqueda y captura
y su puesta a disposición judicial de los responsables de crímenes
perpetrados por los grupos paramilitares y las guerrillas. En
particular, hacemos una petición abierta que a la vez expresa el deseo
de que las personas secuestradas y detenidas-desaparecidas por
los actores del conflicto sean liberadas, con el fin de garantizar una
vía de encuentro y un camino para la paz en Colombia.
11) Por último y agradeciendo nuevamente todas las facilidades que se le
han brindado a la Misión, exhortamos a las autoridades públicas a
cumplir los compromisos asumidos con las ONG el 16 de febrero de 1999,
así como aplicar las múltiples recomendaciones emanadas de instancias
intergubernamentales y de la comunidad internacional respecto de la
protección de los defensores de derechos humanos.
Santafe de Bogotá, D. C. 23 de septiembre de 1999
From: Editor Equipo Nizkor nizkor@teleline.es
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