El caso de muerte del defensor de DH, Luis Pérez Aguirre

Tlahui-Politic 11 I/2001. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Uruguay, a 1 de Febrero, 2001. Ury - Actualización de info sobre la muerte del defensor de DH, Luis Pérez Aguirre. Equipo Nizkor, miembro del Serpaj Europa, Derechos Human Rights (USA) y del GILC (Global Internet Liberty Campaign). Información, 1feb01

ACTUALIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN ANTE LA MUERTE DEL DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS LUIS PÉREZ AGUIRRE.

Nota del Equipo Nizkor:

Por razones técnicas relacionadas con ajustes en nuestros área de red local no hemos podido enviar durante algunos días nuestros habituales informes. Rogamos a todos nos sepan disculpar.

Por esta razón pasamos con días de retraso la información sobre la muerte en Montevideo de unos de los activistas de derechos humanos más conocidos de América Latina y que tuvo un papel importante en la lucha contra la impunidad en ese país y más aún en el marco de la defensa de los derechos civiles y la dignidad de los más excluidos.

Es imposible permanecer indiferente ante esto y, desde nuestro punto de vista, sólo queda rescatar la memoria de aquellos que como él han puesto lo mejor de su vida al servicio de la solidaridad y la fraternidad.

Como expresara, en nombre del Servicio de Paz y Justicia, el coordinador de la entidad, Raúl Martínez, dijo: "No esperábamos por muchos años venir a entregar a esta tierra el cuerpo de Perico, porque él estaba lleno de vida. Estas horas son de desconcierto, dolor y rebeldía"."Es un dolor que no detiene, no immoviliza, sino que es un dolor que impulsa, se proyecta, empuja a seguir adelante, como él quería hacerlo y como él lo hizo".Martínez agregó: "No es una rebeldía ante lo inevitable, sino ante lo que se oculta, ante el silencio, el miedo, la injusticia, por lo que él se rebeló cada día de su vida"."No fue un hombre de lanzar ideas a cubierto de cualquier riesgo, por el contrario, asumió los peligros que sus propuestas implicaban y coherente con ellas enfrentó los momentos más difíciles. Así fue que en aquellos años de miedos y silencios impuestos por la dictadura, cuando cada gesto por la verdad y la justicia podían costar la cárcel, la tortura o la muerte, predicó con la palabra y el ejemplo la causa de los derechos humanos"."En esa lucha no podía olvidarse a las personas que un día fueron hundidas en la oscuridad de la desaparición, víctimas del odio irracional que se padeció durante los años de la dictadura. Hasta el último día de su vida trabajó por esa verdad que se nos pretende ocultar"."Por eso puede comprenderse que hoy, al saber de su muerte, tanta gente se conmueve, se acongoja y se indigna ante su ausencia".

Por su parte, el representante de los familiares de detenidos desaparecidos, Javier Miranda, afirmó: "Recordamos al compañero que invitamos a trabajar en ese camino por la verdad y la justicia, que nos comprometemos a reforzar y recorrer hasta el final"."Destacamos su humildad, su sincera lucha por los derechos humanos, siendo digno y fiel a sus maestros, Jesús e Ignacio"."Creemos que el país debe reivindicar a Perico, porque es necesario que esta sociedad recupere la esperanza por un Uruguay mejor". Todos los organismos de derechos humanos y activistas integrados en el Serpaj Europa, en el Equipo Nizkor y en Derechos Human Rights se comprometen en ese camino de testimonio y compromiso con los excluídos y en defensa de los derechos humanos, como último homenaje a Luis Pérez Aguirre.

Gregorio Dionis
Director del Equipo Nizkor
1feb01

i) FALLECIÓ EL SACERDOTE Y DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS LUIS PÉREZ AGUIRRE

MONTEVIDEO, Ene 26 (AFP) - El sacerdote jesuita uruguayo Luis Pérez Aguirre, 59 años, defensor de los derechos humanos y denunciante de la represión durante la dictadura militar en su país (1973-85), falleció en un accidente de tránsito, confirmaron el viernes a la AFP fuentes eclesiásticas. "Perico" Pérez Aguirre fue fundador del movimiento Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) e integraba la oficial Comisión para la Paz, creada por el presidente Jorge Batlle para solucionar las desapariciones durante la dictadura y para promover la reconciliación nacional. El sacerdote falleció el jueves en un balneario del departamento de Canelones, a 58 km de Montevideo, después de ser atropellado por un ómnibus cuando andaba en bicicleta, y su cuerpo fue reconocido este mediodía por integrantes de la comunidad jesuita. Pérez Aguirre nació en Montevideo el 22 de abril de 1941, se ordenó sacerdote el 4 de julio en 1970. Licenciado en Filosofía y Teología, obtuvo su Master en Teología del Regis College de la Universidad de Toronto (Canadá). Fue autor de varios libros que provocaron polémicas y le valieron amonestaciones de la Iglesia, como "Derechos Humanos. Pauta para una educación liberadora" (Premio de Educación para la Paz de la Unesco en 1985), "La condición femenina", así como la trilogía "Anticonfesiones de un cristiano", "La Iglesia increíble" y "La opción entrañable". Su lucha a favor de los derechos humanos fue reconocida por el gobierno francés con la Orden Nacional de la Legión de Honor en Grado de Oficial (1985) y el premio "Libertades y Derechos Humanos" (1986). En 1989 obtuvo e Premio de la Paz otorgado por Pax Christi Internacional, e integraba el Consejo Consultivo del Servicio Internacional para los Derechos Humanos con sede en Ginebra.

También integró el Consejo Honorario de Serpaj para América Latina y asesoró, en su calidad de experto, el Centro de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Su actividad pastoral la cumplía en las calles de Montevideo ayudando a prostitutas y desamparados, y vivía en La Huella, un hogar para niños sin familia, en la vecina ciudad de Las Piedras, a 20 km del centro de la capital uruguaya.

NOTA BIOGRÁFICA DE LUIS PÉREZ AGUIRRE

Nació en Montevideo (Uruguay) el 22 de abril de 1941. Curso estudios de enseñanza primaria en el Colegio Richard Anderson entre 1946 y 1953. Hizo sus estudios secundarios en el Colegio Sagrado Corazón, de los padres jesuitas, en Montevideo. Ingreso en la Escuela de Aviación Civil Angel Adami, realizando su bautismo de vuelo con tan sólo 16 años. Estudió Humanidades clásicas en Chile (Colegio Loyola), donde se graduó en la década de los 60. También cursó estudios de Psicología en la Universidad Católica de Valparaíso (Chile). Obtuvo una Licenciatura en Filosofía en la Universidad Pontifica de San Miguel (Argentina). Ejerció el profesorado de idioma francés y ciencias geográficas en el Liceo San Javier (Tacuarembó, Uruguay) entre 1965 y 1967.

Cursó estudios de Teología en la Toronto University (Canadá) entre 1967 y 1970, obteniendo un Master en dicha disciplina. En 1972 obtuvo una Licenciatura en Teología por la Universidad Pontificia de San Miguel (Argentina). Realizó estudios de postrado en Teología en la Universidad Pontificia de Comillas (Santander, España).

Fue ordenado sacerdote jesuita el 4 de julio de 1970 en Montevideo. Se dedicó inicialmente al trabajo pastoral entre estudiantes universitarios, pero luego centró sus esfuerzos ayudando a las mujeres que ejercen la prostitución en las calles de Montevideo y, desde hace años, vive con niños sin familia en el Hogar La Huella, en la ciudad de Las Piedras, Canelones (Uruguay).

Es autor de numerosos libros (ensayos en humanidades, teología y derechos humanos) y ejerce el periodismo en varias revistas y periódicos nacionales y extranjeros.

Es director de la Biblioteca Dámaso A. Larrañaga de los Padres Jesuitas.

Fue co-fundador del Servicio Paz y Justicia-Uruguay (SERPAJ) y, en varias ocasiones, ha formado parte de la Coordinación Nacional de la institución. Integró la Coordinación Latinoamericana del Servicio Paz y Justicia-AL. Fue su delegado durante varios años ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (en Nueva York y Ginebra). También trabajó como experto para la División Derechos Humanos de la UNESCO.

Por su lucha en la defensa de los derechos humanos recibió numerosos premios internacionales y distinciones, entre ellos el que otorga el gobierno francés: Libertades y Derechos Humanos (1986). El mismo gobierno también le confirió la Orden Nacional de la Legión de Honor en Grado de Oficial (1985). El trabajo en educación para los derechos humanos y la publicación de importantes materiales pedagógicos (entre ellos, Derechos Humanos. Pautas para una Educación Liberadora) le hicieron merecedor del Premio UNESCO de Educación para la Paz. En diciembre de 1989 recibió el Premio de la Paz, conferido por Pax Christi Internacional.

Actualmente integraba:

El Consejo Consultivo del Servicio Internacional para los Derechos Humanos (Ginebra, Suiza); el Consejo del Human Rights Information and Documentation Systems International -HURIDOCS (Oslo, Noruega); el Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial contra la Tortura - OMCT (Ginebra, Suiza); el Consejo Honorario del Servicio Paz y Justicia para América Latina - SERPAJ-AL; el Consejo de Educación de Adultos de América Latina - CEAAL (Santiago, Chile); el Centro de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (Ginebra, Suiza) en calidad de Experto. Es Síndico para el Fondo de Contribuciones Voluntarias en la Rama de Asesoramiento y Servicios Técnicos en Derechos Humanos de las Naciones Unidas. la Comisión para la Paz.

ii) UNA MULTITUD CONMOVIDA DESPIDIÓ AYER AL SACERDOTE JESUITA LUIS PÉREZ AGUIRRE. "UN DOLOR QUE NO DETIENE, NO INMOVILIZA, SINO QUE IMPULSA"

Una verdadera multitud rindió ayer un emotivo homenaje en la Iglesia Sagrado corazón al sacerdote jesuita Luis Pérez Aguirre, en una ceremonia religiosa con un conmovedor final, cuando decenas de niños y adolescentes que convivían con "Perico" en la chacra La Huella, abrazados unos a otros, llorando, se acercaron al féretro para dar el último adiós a quien en vida fuera su guía espiritual, protector y amigo. Cientos de personas, legisladores de los partidos de izquierda, representantes de organizaciones sociales y religiosas, desbordaron la iglesia. Durante el oficio, presidido por el arzobispo de Montevideo, monseñor Nicolás Cotugno, se vivieron escenas de profunda emoción. También estuvieron presentes en la misa los obispos Orlando Romero (Canelones), Raúl Scarrone (Florida), Daniel Gil(Salto) y Julio Bonino (Tacuarembó).

Al final de la ceremonia, Cotugno se acercó al féretro y expresó: "Al despedir a nuestro hermano a la morada eterna, quisiera decir una palabra que me corresponde como integrante de la Comisión para la Paz, que presido"."De ahora en adelante, materialmente ya no seremos seis, seremos cinco. Pero quiero decirte, Perico, que estarás siempre en medio de nosotros y quisiera decirte que desde la visión de lo definitivo, de lo eterno, desde ese Dios que es amor, presidas tú esta Comisión para la Paz, para que tengamos paz"."Yo te he conocido justamente al empezar este trabajo de la Comisión. Te conocía por los escritos y por lo que decían de ti. Nunca me había encontrado contigo"."Pero desde que te conocí, desde que entramos en ese edificio para trabajar juntos para la paz, he aprendido a valorarte por lo que eres más que por lo que pudiste haber dicho o escrito. Y te he apreciado y te he querido"."Al despedirte no es decirte adiós --dijo Cotugno-- es decirte, porque creemos en ese Cristo vivo que es fuente de resurrección y realidad, quédate con nosotros y ayúdanos desde el cielo a dar ese aporte de vida, fe y amor que hace posible esa paz que humanamente es imposible"."Por eso contigo queremos seguir adelante por este camino delicado, difícil, que creemos que con la ayuda de Dios y tu intervención ante Dios nos ayudes a llegar a la paz de nuestro pueblo. Que haya paz en el corazón de aquellos que más que otros han sufrido, como consecuencia de la injusticia, la opresión, el crimen". "A todos danos la posibilidad de dar ese paso como el Señor quiere que lo demos, mediante el perdón. No hay paz sin perdón, por más que se pueda llegar a una justicia jurídicamente acertada. Si no hay ese sumplemento de vida divina, nuestra paz social será imposible"."Perico, te pedimos que desde el cielo nos des la paz de Dios, que haga posible la paz entre nosotros", afirmó Cotugno.

"Dolor que impulsa"

Luego de finalizada la ceremonia en la iglesia, una verdadera multitud acompañó el cortejo fúnebre hasta el Cementerio Central. Allí, en nombre del Servicio de Paz y Justicia, el coordinador de la entidad, Raúl Martínez, dijo: "No esperábamos por muchos años venir a entregar a esta tierra el cuerpo de Perico, porque él estaba lleno de vida. Estas horas son de desconcierto, dolor y rebeldía"."Es un dolor que no detiene, no immoviliza, sino que es un dolor que impulsa, se proyecta, empuja a seguir adelante, como él quería hacerlo y como él lo hizo".

Martínez agregó: "No es una rebeldía ante lo inevitable, sino ante lo que se oculta, ante el silencio, el miedo, la injusticia, por lo que él se rebeló cada día de su vida"."No fue un hombre de lanzar ideas a cubierto de cualquier riesgo, por el contrario, asumió los peligros que sus propuestas implicaban y coherente con ellas enfrentó los momentos más difíciles. Así fue que en aquellos años de miedos y silencios impuestos por la dictadura, cuando cada gesto por la verdad y la justicia podían costar la cárcel, la tortura o la muerte, predicó con la palabra y el ejemplo la causa de los derechos humanos"."En esa lucha no podía olvidarse a las personas que un día fueron hundidas en la oscuridad de la desaparición, víctimas del odio irracional que se padeció durante los años de la dictadura.

Hasta el último día de su vida trabajó por esa verdad que se nos pretende ocultar"."Por eso puede comprenderse que hoy, al saber de su muerte, tanta gente se conmueve, se acongoja y se indigna ante su ausencia".

Por su parte, el representante de los familiares de detenidos desaparecidos, Javier Miranda, afirmó: "Recordamos al compañero que invitamos a trabajar en ese camino por la verdad y la justicia, que nos comprometemos a reforzar y recorrer hasta el final"."Destacamos su humildad, su sincera lucha por los derechos humanos, siendo digno y fiel a sus maestros, Jesús e Ignacio"."Creemos que el país debe reivindicar a Perico, porque es necesario que esta sociedad recupere la esperanza por un Uruguay mejor".
[Fuente: Diario "LA REPÚBLICA", MONTEVIDEO - 28/1/00)

iii) "PERICO, HOY RECIBIMOS TU BANDERA"

Uno de los momentos más importantes de la ceremonia religiosa lo constituyó la enérgica y firme oratoria de Mario Costa, integrante de Serpaj y uno de los fundadores del hogar La Huella, cuya breve alocución fue cerrada por un atronador y espontáneo aplauso de los presentes en la Iglesia Sagrado Corazón. Costa dijo que el sacerdote Pérez Aguirre "tuvo gran claridad para identificar las causas de la injusticia en la sociedad, tuvo valor para denunciarlas y fuerza para combatirlas, lo que escandalizó a muchos, muchos de los cuales están acá presentes". "Hoy aquí quiero dar gracias por 30 años de compañía cercana de Perico, y quisiera dar testimonio de ese compromiso contagioso que él tenía", afirmó. "Comienzo reconociendo que la persona de Perico escandalizó a muchos, y a muchos de los que están acá presentes.

Encaró, sin ingenuidad, el problema de la injusticia en la sociedad. Tuvo claridad para identificar las causas, tuvo valor para denunciarlas, tuvo fuerza para combatir esas causas y molestó a muchos", manifestó Costa."Nos trasmitió, como educador y compañero, una muy particular sensibilidad ante el dolor humano, especialmente de los más pequeños", añadió. "Desde la década del 70 trabajó atendiendo la falta de vivienda de las familias más pobres. A partir de 1975, ante la situación de tantos chicos a los que les faltaba la familia. Y después, en 1981, desde el Servicio de Paz y Justicia encaró a la dictadura, luchando por libertades fundamentales. Y eso no fue gratis", recordó Costa."En democracia, luchó hasta su muerte por la plena vigencia de los derechos humanos de todos". "Perico, hoy recibimos tu bandera, y nos comprometemos a mantenerla en alto. Perico, presente".
[Fuente: LA REPUBLICA EN LA RED - 28/1/00]

From: Editor Equipo Nizkor mailto:nizkor@teleline.es
Más información - Further information - Plus d'information