PCV: Proceso de la Revolución Bolivariana en Venezuela
Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Venezuela, a 21 de Marzo, 2000. VENEZUELA: PCV: Proceso de la Revolución Bolivariana en
Venezuela.
Desde: Partido Comunista de Venezuela,
Secretaria de Relaciones Internacionales
PROCESO DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA EN VENEZUELA
(CARACTERIZACIÓN DEL ACTUAL MOMENTO POLÍTICO VENEZOLANO)
(Trabajo de investigación política para ser presentado en el encuentro
Juarista Bolivariano a realizarse en la ciudad de México, D.F., el día 24
de marzo de 2000)
La dinámica del actual proceso político venezolano está caracterizado por
la confluencia de fenómenos y particularidades de los cambios estructurales
en marcha que conforman los soportes de apoyo y la base del proceso
bolivariano revolucionario pacífico iniciado en 1998 con el masivo triunfo
electoral del legendario Comandante Hugo Chávez Frías, ideólogo y jefe
indiscutido de la insurgencia militar del 4 de Febrero de 1992.
LOS ACONTECIMIENTOS POLÍTICOS Y SOCIALES SE HAN PRECIPITADO DESDE EL
TRIUNFO DE CHÁVEZ EL 6 DE DICIEMBRE DE 1998 Y LA TOMA DE POSESIÓN EL 2-F-99.
LA PERDIDA DE LA GESTA POPULAR Y REVOLUCIONARIA DEL 23 DE ENERO DE 1958.
La velocidad de los cambios operados desde el gobierno y con la presencia
del pueblo en la calle ha sido tal que a partir del 2 de febrero de 1999,
es decir 13 meses de proceso revolucionario en marcha, han significado el
predominio de la lucha política en términos macros como una estrategia
previa para el proceso de refundación de la Patria y construcción de la V
República que ha puesto en evidencia la participación masiva de sectores
sociales como nuevos actores sociales.
No puede suponerse un proceso político de tales magnitudes sin la
confrontación clasista de los actores del proceso social, los
enfrentamientos y desgarraduras de los sectores que aún detentan el poder
económico pero que han perdido todo el poder político nacional y están a
punto de perder el poder político regional, municipal y local.
Naturalmente, el año transcurrido de inicio de un peculiar proceso
revolucionario fue posible gracias al dislocamiento y virtual desaparición
de los actores políticos y soportes del modelo neo colonial de la seudo
democracia que se inicia a partir de febrero de 1959, después que, un año
atrás, fue derrocado por una insurgencia cívico-militar el gobierno
dictatorial y tiránico de la administración militar-policial de Marcos
Pérez Jiménez, entronizado en la dirección del país durante 10 años, cuando
es derrocado el escritor y educador Rómulo Gallegos en 1948 en un golpe de
Estado. Desviado por las cúpulas derechistas de AD, COPEI y URD de sus
objetivos libertarios el proceso revolucionario y popular del 23 de Enero d
1958, segregados los comunistas y otros sectores revolucionarios del
naciente proceso democrático; impuestas unas elecciones inoportunas por los
sectores de la derecha de AD y los otros dos partidos, de la oligarquía y
de imperialismo, tras imponerse el macartismo y el anti comunismo de los
gobernantes norteamericanos propio de la Guerra Fría.
Truncado el proceso social revolucionario, distorsionados los instrumentos
que podían permitir la formación organismos de poder popular paralelos como
lo era la Junta Patriótica que dirigió las luchas finales por el
derrocamiento de la dictadura y que había apuntalado el gobierno
cívico-militar provisional; producidos errores de la vanguardia
revolucionaria (Partido Comunista de Venezuela, izquierda de AD y URD) que
admiten congelar las luchas obreras por los nuevos contratos colectivos y
por las mejoras sociales y salariales, igualmente admiten unas elecciones
sin que antes se produzca un proceso constituyente y una nueva Constitución
que aboliera la Constitución militar vigente aún en aquellos momentos; le
fue relativamente fácil al imperialismo, a la oligarquía y a las cúpulas
dirigentes derechistas de AD, COPEI y URD imponer una elecciones que
ganaron con relativa facilidad y donde comenzó a entronizarse el fraude
electoral que se perfeccionaría durante 40 años.
Del control del gobierno y del naciente parlamento nació una Constitución,
con elementos de avanzada pues el movimiento revolucionario tenía una cuota
parlamentaria de cierta importancia y aún el radicalismo del movimiento
popular se hacía sentir en el país, que le fue impuesta al pueblo; una
Carta Magna que no nació de la consulta popular, que retrocedió incluso con
relación al proceso constituyente de 1946 impulsado por AD desde el poder.
El Congreso nacido de las elecciones de diciembre de 1958 se auto proclamó
constituyente y asumió unas funciones que el pueblo no le había otorgado, y
a partir de allí nace una democracia representativa cojitranca, chucuta que
fue el mascarón de proa del neo colonialismo y el freno del desarrollo
nacional y soberano de la economía independiente del país y la realización
de la siempre postergada justicia social.
DEL REFERÉNDUM CONSULTIVO A LA ASAMBLEA
CONSTITUYENTE Y A LA CONSTITUCIÓN BOLIVARIANA
Sin conocer la dinámica de la política venezolana y sus intrínsecas
peculiaridades, sin hacerle un seguimiento, por ejemplo, al proceso que
genera el estallido insurreccional popular del 27 de febrero de 1989 por el
hambre y la miseria de las mayorías nacionales por las políticas anti
populares y pro imperiales y oligárquicas de los gobiernos de los años
precedentes, y como respuesta a las políticas shock del paquete neoliberal
que impuso el FMI, la oligarquía nacional y el gobierno de Carlos Andrés
Pérez y su partido AD. Sin el conocimiento de esos y otros elementos no
puede entender el proceso venezolano actual.
¿Cuáles han sido los más importantes elementos de este primer año del
proceso revolucionario?
El llamado hecho por el Presidente Chávez el día de su toma de posesión a
un referéndum consultivo para ver si el pueblo quería un cambio de
constitución o no y si quería una asamblea nacional constituyente. Se
comienza así a poner en práctica lo expuesto en el programa de gobierno
durante la campaña electoral de 1997-98 de llamar a un referéndum para
consultar si se quería cambiar la Constitución y elaborar una nueva que
fuese aprobada por el pueblo o rechazada en otro referéndum aprobatorio o
revocatorio.
El 25 de Abril de 1999 se realizó el Referéndum y la absoluta mayoría de
los votantes aprobó convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para
redactar un nuevo Contrato Social. Esa votación significó una segunda gran
derrota para los partidos del status: Acción Democrática, COPEI, Proyecto
Venezuela. Ya antes, en diciembre de 1998 y en las semanas previas, se
había producido el más insólito y absurdo proceso de errores y desaciertos
políticos de los factores políticos y económicos de poder que tres días
antes de las elecciones le son quitados las candidaturas presidenciales a
Alfaro Ucero, de AD, e Irene Saez, de COPEI para apoyar a un oligarca de
extrema derecha que siempre los despreció e ignoró, Salas Römer, en la
ilusa creencia de que podrían frenar el triunfo arrollador del pueblo a
través del Comandante Chávez. Vencido Salas, arrastró consigo a los viejos
partidos al foso de los trastos inservibles y comienza una nueva etapa para
Venezuela.
Aprobada en el Referéndum la convocatoria a la Asamblea Nacional
Constituyente se inicia el proceso electoral donde nuevamente la derecha
tradicional es derrotada en términos aún mayores que las dos anteriores,
eso puede medirse en que de 130 constituyentes elegidos, apenas 7
representaban a la derecha, el resto obedecía al movimiento bolivariano y
compendiaba un gran espectro de revolucionarios de distintas épocas, no
sólo militantes del Movimiento Quinta República (MVR) sino de un espectro
mayor: militantes comunistas, bolivarianos, ex militares de los procesos
insurgentes del 4 de Febrero y del 27 de Noviembre de 1992; independientes
progresistas, empresarios, periodistas, defensores de los derechos humanos,
ecologistas, escritores y poetas, obreros y campesinos hasta los
representantes de las minorías indígenas, hecho absolutamente novedoso en
la política venezolana y un atrozmente atrasado acto de justicia social.
En síntesis, comenzó a ponerse en práctica, por vez primera con conciencia,
que la soberanía residía en el pueblo.
CONSTITUYENTE, CONSTITUCIÓN Y LUCHA POLÍTICA
Un hecho digno de comentar y resaltar en ese proceso que nace con el
Referéndum del 25 de abril de 1999, es el referente al debate nacional que
se inicia en las comunidades, centros de estudio y de trabajo, plazas
públicas, cuarteles y todo lugar donde existan núcleos humanos mínimamente
organizados, incluso sin estarlo. En los anales de la república venezolana
no se había dado nunca una participación tan masiva y monumental en el
proceso de discusión y elaboración de un nuevo texto constitucional como el
que se produjo desde esa fecha hasta mediados de diciembre, cuando el nuevo
texto constitucional aprobado es sometido nuevamente a un referéndum
aprobatorio.
Educadores, artistas y trabajadores culturales, profesionales, militares
activos y retirados, grupos de trabajadores, estudiantes, empresarios
progresistas, clero, grupos protestantes y de otras órdenes religiosas,
grupos femeninos, grupos por los derechos humanos, ecologistas, etnias
indígenas, sectores de la tercera edad, niños y jóvenes, presidiarios,
partidos políticos de la derecha, de la izquierda revolucionaria;
absolutamente todos los sectores se incorporaron al proceso de discusión
del nuevo texto constitucional o hicieron nuevas propuestas ajustadas a los
intereses que representaban; aún los más apáticos e indiferentes
participaron, tal era el fervor que creó el proceso constituyente. Jamás la
democracia se había manifestado en Venezuela con tanta fuerza y nunca el
pueblo había sido tan consultado y había opinado sobre algo tan importante
y trascendental como lo era crear una nueva constitución. Era el pueblo
soberano en acción.
Miles de propuestas de la sociedad civil organizada, de personalidades e
individualidades llegaron a la Asamblea Nacional Constituyente y sirvieron
de soporte en las discusiones, enriquecieron los debates e hicieron que la
gente participara. Claro, no llegó a concretarse el proceso de organizar al
soberano, el pueblo en procesos constituyentes de abajo hacia arriba. El
concepto del nuevo poder no significó depositar de manera total ese poder
en el soberano en el sentido que la constituyente se organizara como poder
popular desde abajo, de la célula fundamental de la sociedad: la comunidad,
la parroquia, el municipio, la región o Estado; en cierto modo reprodujo
aspectos del viejo orden en el sentido de una Constituyente, especie de
Congreso pero sin los atributos del poder constituido sino supra
constitucional, pero con vínculos parciales con el pueblo, no totales, eso
evidentemente limitó el paralelismo o la dualidad de poderes como lo
querían muchos sectores que no tenían ni organización ni fuerza suficiente
para que se diera en esos términos.
Sin embargo el proceso constituyente fue ampliamente democrático,
participativo; los debates en su seno se trasmitieron públicamente por lo
menos en dos canales de TV (VTV Canal 8, del Estado, y Globovisión, Canal
33); pero además se organizaron decenas de videos-conferencias entre las
diferentes Comisiones de la ANC y grupos comunitarios para discutir
aspectos específicos, escuchar las opiniones y planteamientos de las
comunidades organizadas y debatir con éstas. No podrá decirse nunca,
entonces, que el pueblo venezolano no participó en el proceso de
elaboración de la nueva Constitución, mucho menos negar que hizo aportes
fundamentales al punto que esa participación fue decisiva en el proceso de
elaboración del nuevo texto constitucional que refleja en mucho la
composición social y clasista de los nuevos actores del proceso social
venezolano.
LA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
Carlos Leal
I
El pueblo venezolano aprobó el pasado 15 de diciembre de 1999 un nuevo
texto constitucional que regirá su vida política. Esta experiencia, única
en su género en la historia republicana, tiene factores dignos de ser
mencionados.
El proceso constituyente, es un mecanismo que utiliza toda sociedad como un
medio para resolver la crisis que la afecta, (institucional, legitimidad,
política, social, económica) en el mismo se involucran diferentes fuerzas
(políticas, sociales, económicas, religiosas, etc.), en un intento por
canalizar, orientar y resolver la crisis presente en el cuerpo social.
El desarrollo de las luchas entre las diferentes fuerzas, producirá
modificaciones en el cuerpo social, siendo marcadas éstas por la concepción
político-filosófica de la fuerza triunfante. El escenario natural de estas
luchas es la llamada Asamblea Nacional Constituyente y su resultante puede
ser: 1. Un Nuevo Estado (si se trata de una revolución) 2. Una Nueva
Constitución que no altere en su esencia la estructura
político-económica-social.
Podemos esquematizar los planteamientos anteriores de la siguiente manera:
Sociedad -" Crisis -" Poder Constituyente -" Asamblea Nacional
Constituyente -" Constitución Nacional o nuevo Estado -" Comienza nuevo
ciclo de lucha política de las clases por el control y mantenimiento del
poder político.
II
Considerada como la más profunda crisis estructural que haya padecido el
capitalismo mundial, caracterizada con un resentimiento del sistema
financiero y depresión de los aparatos productivos, con su consiguiente
incrementos en el desempleo y las tasas de inflación y los procesos de
fusión de grandes masas de capitales, se ha expresado con mayor fuerza en
América Latina como en ningún otro momento histórico.
En Venezuela, la rebelión popular del 27-F de 1989, fue la expresión de
rechazo a la política antipopular y neo liberal que en ese instante
implementaba el gobierno de CAP, siguiendo orientaciones del F.M.I.
Una serie de acontecimientos políticos y sociales (donde se desarrollaron
aproximadamente 4.000 manifestaciones y hechos de masas de diferentes
índole) culminó con la destitución de CAP de la presidencia de la
República, y marcó la fase de desarrollo de la crisis económica, política y
social de Venezuela y activó el Poder Constituyente del pueblo venezolano.
El levantamiento militar del 4-F de1992 liderizado por el actual
presidente, Hugo Chávez; la acción civico-militar del 27-N del mismo año;
el breve paseo presidencial de Octavio Lepage y el interinato de Ramón J.
Velázquez para culminar el período presidencial del CAP, además del triunfo
del Caldera, fuera del marco del puntofijismo, sentenció a muerte al
bipartidismo adeco-copeyano que gobernó a la sociedad venezolana en los 40
años precedentes.
III
La Constituyente como propuesta política se presenta en el escenario
electoral la cual, logra polarizar al país en dos grandes bloques: sus
defensores y sus oponentes.
La oposición bipartidista, defensora de los 40 años de gobiernos
antidemocráticos (AD-COPEI) cierra fila con la candidatura de Salas Römer
para enfrentar a Hugo Chávez Frías. El adelanto de la elecciones
parlamentarias (Nov. 98), mostró el desespero de los opositores de la
Constituyente para cerrar el paso a esta propuesta política. La aceptación
popular a la Constituyente propinó una derrota al bipartidismo, que
completó el 6 de Diciembre de 1998 con el triunfo de Chávez a la presidencia.
A partir de ese momento la idea de la Constituyente se convierte en
política oficial del gobierno, culminando el pasado 15 de Diciembre con la
aprobación mediante referéndum de la Constitución Bolivariana.
IV
Durante el proceso de elaboración y aprobación de la Constitución
Bolivariana, se levantó la lucha de clases de manera irrevocable, de un
bando los explotadores y saqueadores de la nación. Del otro el pueblo en
general. Desde la denominación bolivariana, pasando por el derecho a la
información veraz y oportuna fueron criticados numerosos artículos que
lesionaban los intereses económicos de los sectores y grupos económicos
venezolanos.
A diferencia de la Constitución del 61, la cual el bipartidismo
adeco-copeyano se encargó que el pueblo desconociera, la aprobada el 15 de
diciembre tuvo una masiva difusión popular.
Veamos algunos artículos de la Constitución Bolivariana.
Artículo 1. Define la república como bolivariana. Al efecto, asume la
doctrina política y filosófica del libertador.
Artículo 2. Venezuela se constituye en un Estado, a diferencia de la
Constitución del 61 que no definía quien se constituía en Estado.
Artículo 5. Acerca de la Soberanía, la cual reside intransferiblemente en
el pueblo, a la cual están sometida todos los órganos del Estado que emanan
de ella.
Artículo 45. Referido a la desaparición forzada de personas. Este artículo
prohíbe la política de desaparición que se aplicó como instrumento
represivo durante un lapso bastante largo del bipartidismo.
Artículos 62 y 168. Posibilitan el ejercicio del poder por parte de las
comunidades organizadas.
Capítulo V De los Derechos Sociales y de la familia.
Capítulo VI De los Derechos Culturales y Educativos.
Capítulos VIII y IX Derechos de los pueblos indígenas y Derechos
ambientales respectivamente.
Artículos 72. Sobre la revocabilidad de los cargos públicos.
LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y LA CONSTITUCIÓN BOLIVARIANA
Esteban Emilio Mosonyi
Venezuela estrena una nueva Constitución, la Constitución de la República
Bolivariana del año 1999, la cual -entre otros elementos progresistas-
significa un sustancial avance en materia de derechos humanos, y de
derechos indígenas en particular. Venezuela es un país con un historial muy
accidentado en lo referente a las llamadas "políticas indigenistas". Para
resumir, hemos sido un país extremadamente etnocida hasta el año 1960. No
obstante, a mediados de los sesenta surge una corriente de opinión muy
fuerte en apoyo de las etnias y comunidades indias, la cual se debe a la
conjugación del esfuerzo de los primeros movimientos propiamente indígenas
de reivindicación socioeconómica y cultural, y de participación política,
por un lado; con un arduo trabajo, primero intelectual y luego cada vez más
comprometido, de un sector de profesionales ligados mayormente a las
ciencias sociales y vinculados con la Universidad Central de Venezuela.
El movimiento que reseñamos siempre ha hecho hincapié en el valor y
significado intrínsecos de las sociedades y culturas amerindias como tales,
inclusive sus respectivas lenguas e identidades. Ha habido, además, un
énfasis permanente en la autogestión y autodeterminación étnicas, sin que
ello significase su separación del contexto nacional y latinoamericano ni
su estancamiento como culturas inmóviles, detenidas en el tiempo y en el
espacio. Podría argüirse el progresivo insurgir de iniciativas similares en
el resto del escenario latinoamericano y mundial, pero los congresos y
encuentros internacionales -y no solamente la reunión de Barbados de 1971-
atestiguan a plenitud el papel de vanguardia desempeñado por el indígena
venezolano y sus aliados más consecuentes.
Sin embargo, el oscurantismo subsiguiente que se impuso en los dos últimos
decenios finiseculares provocó una rémora terrible, transcurrida entre
peleas con las misiones evangélicas 'Nuevas Tribus', de corte
fundamentalista; diatribas con presidentes y ministros reaccionarios,
petulantes, represivos; enfrentamientos muy peligrosos con fuertes
intereses económicos tanto nacionales como transnacionales.
Afortunadamente, tanto el indio como sus aliados contaron siempre con el
apoyo de la Iglesia Católica, incluyendo sus más altos niveles jerárquicos.
De esta forma, la palabra "indio" fue haciéndose tabú -al menos para
Lusinchi- y la noción de pueblos indígenas se diluyó en el limbo de la
invisibilidad y cuasi inexistencia jurídica. Hasta que apareció en escena
el nuevo régimen del Comandante Hugo Chávez Frías.
La Asamblea Constituyente, anunciada por el Presidente de la República
desde antes del triunfo electoral, se avocó con carácter bastante
prioritario a la redefinición del estatus de los pueblos en el marco
político nacional. Para ello tuvo que superar terribles obstáculos, pues ni
siquiera los partidarios acérrimos del Comandante estaban todos de acuerdo
en favorecer a las comunidades aborígenes. Menos aún lo estuvo la débil
pero vociferante oposición cuyos planteos recibieron un trato privilegiado
en los medios.
En términos muy compactos, podemos afirmar que la nueva Constitución recoge
el carácter oficial, a la vez que patrimonial, de las lenguas indígenas
(Art. 9); la legitimidad de las sociedades y culturas autóctonas (Art.
119); la obligación por parte del Estado de consultar a los indígenas sobre
el uso de los recursos naturales en sus hábitats (Art. 120); su derecho a
una educación propia, intercultural y bilingüe (Art. 121); el compromiso
oficial de brindarles una salud integral respetando su medicina tradicional
(Art. 122); la promoción de prácticas económicas basadas en la
reciprocidad, solidaridad e intercambio (Art. 123); la garantía de la
propiedad intelectual de sus conocimientos y tecnología (Art. 124); y su
participación política (Art. 125).
Quienes hemos involucrado en estas luchas hace largos años podemos
percatarnos de que este articulado recoge la mayor parte de las
aspiraciones y reivindicaciones de los pueblos indígenas, sin entrar en
contradicción con la integridad, seguridad y soberanía de Venezuela o de
cualquier país latinoamericano si tal fuere el caso. Está, además, alineado
con los principios del Convenio No. 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales,
emanado de la Organización Internacional del Trabajo en el año 1989.
Este avance constitucional es fuente de grandes esperanzas y expectativas
para toda la población indígena del país, cada día más organizada y con
mejor representación ante las instancias públicas y privadas. Más, al mismo
tiempo, resulta evidente que un texto constitucional tiene que ser
convenientemente instrumentado a través de leyes y reglamentos específicos.
El presidente Chávez ha demostrado de manera fehaciente su excelente
disposición para con los pueblos indios y su intención de resolver sus
problemas y atender a sus aspiraciones. Pero aun con la mejor voluntad
política harán falta varios años para notar un mejoramiento perceptible en
todas las esferas de la problemática indígena.
Olavarría, Franceschi, Randolph Brewer Carías, Claudio Fermín y otros han
difundido la especie de que la nueva Constitución le regala más del 50% del
territorio a las comunidades indígenas. Tal exabrupto es notoriamente
irreal no sólo porque en ninguna parte del texto constitucional aparece
algo que pudiera interpretarse como la renuncia del Estado a su plena
soberanía en las zonas indígenas, sino por cuanto hasta hoy no se ha hecho
nada concreto por mensurar y delimitar los respectivos hábitats. A este
respecto conviene comentar que en el supuesto negado de que los indígenas
hubiesen decidido declarar su independencia total y crear su Estado propio
-algo que no está previsto en sus culturas ancestrales- no habrían tenido
que esperar la aprobación de esta Constitución, que ciertamente no les
brinda ese derecho, ni mucho menos pedir permiso al Estado venezolano para
declararse en rebeldía y secesión.
Finalmente, cabe otra advertencia. Como todos los gobiernos anteriores,
también el de Chávez parece tener su propia política de conquista del Sur,
vale decir, la intervención de la selva pluviosa amazónica con su secuela
de deforestaciones, minería biodegradante, erección de ciudades y grandes
obras de ingeniería altamente desarrollistas. Los planes del gobierno no
revisten hasta ahora un carácter rígido e irreversible. Si de rectificar el
rumbo se trata, el movimiento indígena y sus aliados tienen mucho que
decir, y sobre todo hacer, al respecto.
LAS MEGA ELECCIONES, ÚLTIMA ETAPA PARA DESMONTAR
EL VIEJO ESTADO Y COMENZAR A CONSTRUIR LA V REPÚBLICA
El proceso de cambios estructurales ha permitido ir desmontando el viejo
Estado neo colonial nacido de la desviación del proceso revolucionario y de
la gesta heroica del 23 de Enero de 1958. Así fue totalmente desmontado el
sistema judicial corrupto que había dejado a Venezuela sin estado de
derecho. Igualmente fue disuelto el parlamento nacional y los parlamentos
regionales; se cambió el nombre de Congreso Nacional por el de Asamblea
Nacional y quedó abolida la Cámara Alta o Cámara del Senado, siendo el
nuevo congreso unicameral. Esa política de desmontaje produjo la
movilización de los sectores de la derecha desplazados del poder para
tratar de bloquear las iniciativas populares y de la Asamblea Nacional
Constituyente. Contaron con el apoyo abierto y desenfadado de todos los
medios de comunicación social en donde, puede decirse, radica la oposición
en Venezuela pues los partidos tradicionales quedaron literalmente
desmantelados.
Por decisión de la Asamblea Nacional Constituyente está planteada la
democratización, a través de elecciones por las bases, de la Central de
Trabajadores de Venezuela, dominada por la socialdemocracia mafiosa y
corrupta de los partidos AD y COPEI y que le ha servido a los partidos del
sistema, a la oligarquía y el imperialismo para mantener frenada a la clase
trabajadora en sus luchas históricas, apuntalando el sistema de dominación
neo colonial.
Pero el desideratum de todo el proceso de cambio, transformación y
refundación de la Patria y de relegitimación de los poderes nacidos del
proceso constituyente en lo que se ha llamado las megaelecciones, así
denominadas porque deberá ser elegido nuevamente el Presidente de la
República, los Gobernadores de 23 Estados, la Asamblea Nacional, las
Asambleas Legislativas, los Concejos Municipales y Alcaldías, la Alcaldía
Mayor (la ANC al crear la figura de Alcalde Mayor para Caracas y el área
Metropolitana eliminó la figura del Gobernador que era nombrada por el
Presidente de la República), las Juntas Parroquiales.
Designado el 28 de mayo para la realización del último gran proceso
electoral o las megaelecciones, de nuevo las fuerzas políticas y sociales
venezolanas se han puesto en tensión para tratar de alcanzar las mayores
cuotas de poder. La iniciativa política la tiene el Jefe del Estado,
Comandante Hugo Chávez Frías, su partido, el Movimiento Quinta República y
algunos de los partidos que conforman el Polo Patriótico: Movimiento Al
Socialismo (MÁS), Partido Comunista de Venezuela, Movimiento Electoral del
Pueblo (MEP) y otras fuerzas menos significativas políticamente. Un factor
importante del Polo, el partido Patria Para Todos (PPT) quedó al margen de
la alianza en muchos Estados y lanzó con su solo apoyo sus tres candidatos
elegidos en las elecciones de noviembre de 1998.
Las desavenencias entre el PPT y el MVR se vienen produciendo desde hace
unos meses atrás, agudizándose en parte a raíz de la tragedia del Estado
Vargas donde gobierna un miembro del PPT: Alfredo Laya. Pero aún yendo el
partido azul sólo en casi todas las circunscripciones, conservan intacto el
apoyo al Presidente Chávez. Ese contarse solos electoralmente puede
resultarle adverso al PPT.
El proceso mismo ha traído un conjunto de enfrentamiento entre los sectores
bolivarianos por las nominaciones a los cargos de elección, así dirigentes
del MVR y ex constituyentes incluso, al no ser nominados abandonaron las
filas partidarias y presentaron sus nombres a diversos cargos con otras
siglas, grupos de electores o iniciativa propia.
Pero el elemento más sorpresivo, si se quiere, de todo el proceso lo
constituye la aparición en escena de un opositor a Chávez surgido de sus
propias filas, el Comandante golpista y Gobernador del riquísimo Estado
petrolero del Zulia, Francisco Arias Cárdenas, uno de los fundadores, junto
al actual Presidente, del Movimiento Bolivariano Revolucionario (MBR 200).
La maniobra constituye una política de alto vuelo cocinada a nuestro juicio
en el Departamento de Estado norteamericano, en el Pentágono y en la CIA.
FRANCISCO ARIAS CÁRDENAS: ¿CANDIDATO DEL PUEBLO O DE LA OLIGARQUÍA?
La dinámica de los acontecimientos políticos en las últimas semanas en
Venezuela ha tenido tal velocidad que los desenlaces parecen sorpresivos
pero, en rigor, obedecen a una estrategia cuidadosamente montada no en las
oficinas caraqueñas de la oligarquía política y económica, sino, con toda
seguridad, en la de los estrategas derechistas y gobernantes
norteamericanos, de sectores financieros preocupados por el desenlace que
los acontecimientos venezolanos vienen alcanzando dentro del proceso
revolucionario bolivariano. La estrategia petrolera y el aumento del
barril, por ejemplo o el enfrentamiento al neoliberalismo lo que ha
significado un freno en seco a las políticas privatizadoras y de libre
mercado que venían implementándose desde 1989 durante el segundo mandato de
Carlos Andrés Pérez.
Si se le hace un seguimiento a lo acontecido desde la renuncia del
Comandante Urdaneta a la jefatura de la DISIP (policía política venezolana)
hasta el destape de Arias Cárdenas; desde la información sobre presuntas
irregularidades administrativas y corrupción en el gobierno, teniendo buena
parte de las mismas como norte de sus ataques al Canciller José Vicente
Rangel y el legendario revolucionario Luis Miquilena, siendo el primer
objetivo político separarlos de la jefatura revolucionaria y del Comandante
Chávez, y el otro cercar y aislar a Chávez en un espectro conservador,
reaccionario y derechista.
¿Por qué José Vicente ha sido uno de los centros de ataque de los Comandantes?
Llama ciertamente la atención -y allí es donde se le ve la oreja a los
norteamericanos- que el ataque más despiadado de Urdaneta ha sido dirigido
al líder político que con mayor firmeza y dignidad ha defendido la
soberanía venezolana y enfrentado precisamente la prepotencia, la
ingerencia y la soberbia de los gobernantes norteamericanos. Desde la no
aceptación de los vuelos norteamericanos de reconocimiento dentro de
nuestro espacio aéreo hasta las respuestas al Pretor-CIA, embajador Jhon
Maisto, y a cuanto funcionario del Departamento de Estado norteamericano ha
osado provocar la dignidad venezolana.
Nunca se había visto en Venezuela defender la dignidad, la soberanía y el
honor de su pueblo como lo ha hecho el actual gobierno, y le ha
correspondido a José Vicente Rangel, hábil político y firme patriota y
bolivariano llevar esas banderas del decoro nacional más allá de nuestras
fronteras.
Pero es que prácticamente todo el primer año de gobierno ha sido de
ingerencia abierta o velada de funcionarios norteamericanos en los asuntos
venezolanos, matices más, matices menos siempre los poderosos socios crean
situaciones, vienen hasta diputados republicanos a decirnos que los
norteamericanos pueden hasta invadirnos con sus marines, y siempre ha sido
José Vicente Rangel quien les ha dado la firme y contundente respuesta. A
esa voz de la dignidad -antimperialista en su génesis- es contra quien el
trío de apóstatas enfiló sus baterías ¿casualidad? Por supuesto que no; el
pensamiento de los Comandantes es rígido, conservador, anti comunista y se
inserta en una estrategia supra nacional, ultra reaccionaria y derechista
que ellos no controlan sino que ésta los controla a ellos. El discurso anti
comunista evidencia que cedieron a la tentación o a las presiones exógenas
o les hacen el juego.
Fue igualmente brutal el ataque contra Luis Miquilena, revolucionario de
vieja data, con quien podemos coincidir o no en muchas de sus opiniones,
pero es difícil discrepar de su dignidad y honradez y de su espíritu
bolivariano y venezolanista. El ataque, burdo por lo demás, no es porque
expresen el puntofijismo o las prácticas políticas empleadas por los
partidos del estatus -que realmente no lo representan- sino por sus
posiciones de defensa de la integridad y la soberanía nacional. No pensaba
nacer ninguno de los Comandantes y ya el viejo Luis tenía un largo camino
andado en la defensa de la clase trabajadora y del pueblo y no fueron pocos
sus aportes al proceso liberador venezolano, incluso en el presente.
Pero ese fue el pretexto inicial --ya casi ni se acuerdan de eso- el
objetivo de Arias Cárdenas, Joel Acosta Chirinos (un pésimo organizador
político que casi destruye el MVR cuando lo dirigió) y el Comandante
Urdaneta Hernández (ex director de la Disip) era y es Chávez y la
Revolución Bolivariana. Una estrategia largamente preparada por la reacción
norteamericana y sectores de la oligarquía para intentar desviar el proceso
de sus objetivos iniciales, frenarlo, truncarlo, destruirlo y retornar de
nuevo al pasado con nuevas caras, tal y como lo expresa el programa
conservador, godo de los tres Comandantes, dado a conocer; agotado como
está el liderazgo de la derecha. La búsqueda está en inflar, fabricar un
liderazgo nacional, el de Arias Cárdenas, inexistente en cuanto a su
inserción en el seno del pueblo. Las consejas de la contrarrevolución
mayamera encontraron eco en las ambiciones del Comandante que hizo suyo el
vil discurso anti Fidel Castro, Anti revolución cubana.
El ambicioso ex Gobernador como que piensa en serio que puede ganarle a
Chávez electoralmente o por otra vía. Ya puede verse el espacio que se le
está dando en los medios y los apoyos de los Petkoff y los Andrés
Velásquez, renegados de la revolución y enemigos de Chávez, los mismos que
aquel 4 de febrero se abrazaron al cadáver de CAP, contra quién Arias
estaba insurgiendo junto a Chávez. Ya la derecha encontró un vocero. "Cosas
verdes Sancho".
Veremos una campaña de mentiras, de irrespeto con el Presidente; pero nada
de eso servirá, igual va a perder ante la fuerza de la V República, de la
Constitución Bolivariana y del proceso en marcha; de nada servirá el anti
comunismo decimonónico y trasnochado de típica factura yanqui, y un anti
cubanismo y anti fidelismo que pone al desnudo a la mafia mayamera apoyando
al Arias; todo ello se estrellará contra el muro de pueblo que apoya y
apoyará a Chávez a la presidencia, al proceso de cambio y de revolución
social.
La temeridad de Arias Cárdenas se llama suicidio en primavera. En las
paredes de todas las ciudades de la provincia venezolana y en su capital,
Caracas, puede leerse: "Arias Cárdenas: Judas", "Arias Cárdenas: traidor".
El pueblo lo percibe como un vulgar traidor que se vendió a la derecha, le
sirve de instrumento en su cruzada contrarrevolucionaria y ha hecho suyo un
discurso anti comunista totalmente desfasado y obsoleto. Pese a que cada
vez tiene mayor apoyo de los poderosos medios de comunicación y de que la
derecha política desplazada del poder, de grupos oportunistas le está
sumando adeptos, se percibe claramente la precariedad de una candidatura
artificial y que representa el pasado, independientemente de que utilice en
su lenguaje elementos o clichés revolucionarios.
Una peculiaridad de este grupo es que todos sus candidatos a las diferentes
gobernaciones son ex militares. En todo caso, el proceso de decantación y
depuración del proceso revolucionario bolivariano, una de las
características venezolana de la lucha de clases, se ha ido dando en la
medida en que la revolución nacionalista, latinoamericana y caribeña ha
dado pasos en las políticas del gobierno y en la creciente participación
del pueblo en el proceso; que se han perfilado las políticas económicas y
sociales que dinamizan la revolución.
El proceso de fortalecimiento de nuestra identidad nacional y
latinoamericana y caribeña y del sentido de pertenencia se han fortalecido;
un lento proceso de reencuentro del hombre y la mujer venezolana consigo
mismo y con su propio destino, marca un novedoso proceso donde el Ejército
ha salido a las calles a empuñar picos y palas, manejar máquinas
excavadoras para construir carreteras, y desarrollar planes
médico-asistenciales a través del Plan Bolívar 2000. Los militares tienen
ahora derecho al voto aun cuando no pueden postularse para los cargos de
elección popular, si alguno piensa hacerlo -como ocurrió en un caso- deberá
renunciar previamente a sus funciones militares.
Tres héroes y pensadores del siglo pasado son los autores intelectuales de
este formidable proceso: Simón Bolívar, El Libertador; Simón Rodríguez, el
ideólogo de la revolución de independencia y maestro de aquel; Ezequiel
Zamora, el genio militar de la Batalla de Santa Inés durante la Guerra
Federal, que inició el proceso de igualdad social entre los venezolanos en
1865. Sus enseñanzas políticas para la construcción de la patria nueva,
contemporanizadas en la realidad del nuevo milenio, unidas a lo más
avanzado del pensamiento universal, marcan el hito del camino político
venezolano actual.
Dentro de esa estrategia encaja la anfictionía o unidad verdadera,
bolivariana de nuestros pueblos americanos y caribeños. "Para nosotros la
Patria es América" dijo una vez el padre de nuestra Patria. Bajo la
revolución bolivariana en marcha en Venezuela, cobra mayor vigencia aquel
sueño. Una integración entre pueblos y naciones hermanas, sin ingerencias
norteamericanas o de otras potencias. Los pueblos unidos del continente en
la búsqueda de mercados que potencien sus economías, integrados en lo
económico, lo político y lo social; en la solidaridad y la hermandad. En la
lucha por la paz en la hermana Colombia y contra la ingerencia
norteamericana en ese país o cualquier intento por invadirlo para tratar de
frenar el triunfo de las fuerzas revolucionarias insurgentes.
Venezuela en la actualidad, su peculiar proceso revolucionario, es un gran
ejemplo y una gran esperanza para los pueblos de América Latina y el
Caribe. Seguir de cerca ese proceso es fundamental porque de su seno van a
salir muchos de los cambios que hoy requiere el continente. No dejar solo a
su pueblo también es fundamental. Levantar las banderas de la solidaridad
con la revolución y el pueblo de Venezuela es básico en estos momentos. Los
enemigos seculares de nuestros pueblos, los imperialistas norteamericanos,
los grandes monopolios conspiran de diversas formas para tratar de abortar
y frustrar ese proceso; el manejo y la manipulación de la candidatura de
Arias Cárdenas tiene ese objetivo, por eso es fundamental que los hermanos
de México nos den, como ayer, su apoyo solidario y fortalezcan, junto a las
ideas de Juárez y la pléyade de próceres y magníficos conductores civiles y
militares revolucionarios de los siglos XIX y XX, al ideario bolivariano
que ha cobrado tanta fuerza y vigencia en estos últimos años.
Hermanos mexicanos, el pueblo venezolano en revolución los saluda.
* Humberto Gómez García (Caracas-Venezuela, 26-08-42), periodista,
escritor, analista político, miembro fundador de la Asociación Civil
Congreso Anfictiónico Bolivariano e integrante de su Comité Ejecutivo.
Autor de diversas obras de poesía, narrativa, ensayos: "El Oasis del
Tiempo", "La Dimensión de los Espejos", Magia de Luna Roja", poemas. "La
Mascarada", "Los Cuatro Caminos del Cielo", cuentos. "Cuba: Socialismo de
América para todos los tiempos", "Hugo Chávez Frías: del 4 de Febrero a la
V República", "Teodoro Petkoff: Dos épocas del oportunismo de derecha",
ensayos.
Apartado 35 Maiquetía 1161-A
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