Violaciones a los derechos humanos por parte de empresas petroleras
Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Sudán, a 27 de Mayo, 2000.
Sdn - Denuncian violaciones sistemáticas a los derechos humanos por parte de empresas petroleras.
Equipo Nizkor,
Derechos Human Rights,
Serpaj Europa,
Información,
27may00
LAS MULTINACIONALES PETROLERAS EN SUDAN PROVOCAN GRAVES VIOLACIONES A LOS
DERECHOS HUMANOS Y A LOS ECONÓMICOS Y SOCIALES.
EL PRECIO HUMANO DEL PETRÓLEO.
Según el informe de Amnistía Internacional sobre la situación en Sudán, "El
precio humano del petróleo", las masivas violaciones de los derechos humanos
realizadas por las fuerzas de seguridad sudanesas, las distintas milicias
aliadas del gobierno y los grupos armados de oposición, están claramente ligadas
a las operaciones de las compañías petrolíferas extranjeras.
"La población civil que vive en los campos de petróleo y en sus alrededores se
han convertido en objetivo deliberado de abusos generalizados de los derechos
humanos, como desplazamientos forzados, bombardeos aéreos, ametrallamientos de
localidades desde helicópteros armados, ejecuciones ilegales, torturas,
violaciones y secuestros", declaró Maina Kiai, directora de Amnistía
Internacional para África.
Para Amnistía Internacional, "las empresas extranjeras hacen caso omiso de las
violaciones de los derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad
gubernamentales y por sus aliados con la excusa de proteger la seguridad de las
zonas productoras de petróleo".
"El respeto de los derechos humanos debería ser una preocupación central de
cualquier empresa involucrada en un medio en guerra, como sucede con el norte de
Sudán. El silencio de las poderosas petroleras ante las injusticias y las
violaciones de derechos humanos no es un gesto neutral".
Las tropas gubernamentales han atacado repetidamente los alrededores de la
localidad de Bentiu desde helicópteros armados, supuestamente dirigidos por
pilotos iraquíes, y con bombardeos aéreos de gran altitud desde aviones Antonov.
Además, los soldados del Ejército de Tierra han expulsado de sus hogares a la
población de algunos pueblos, con graves violaciones de los derechos humanos.
Los hombres fueron asesinados en ejecuciones en masa, y las mujeres y los niños,
clavados a los árboles con alcayatas.
Según distintos informes, en otras localidades los soldados degollaron a varios
niños y mataron a civiles varones a los que interrogaron torturándolos mediante
el procedimiento de clavarles clavos en la frente.
Las fuerzas rebeldes también han atacado a los civiles en un intento por hacerse
con el control de las ricas zonas petrolíferas. Un antiguo comandante declaró
que dichas fuerzas han ejecutado de forma sumarial a gran cantidad de civiles,
secuestrado y violado a mujeres, y quemado y destruido
sus hogares.
Tácticas militares como la destrucción de cosechas, el robo de ganado y la
ocupación permanente de la zona, se utilizan para impedir la vuelta a sus
hogares de la población desplazada. Además, el riesgo de hambre que sufren los
desplazados se acentúa por la inexistencia de cosechas.
Al parecer, trabajadores chinos participaron en la expulsión de civiles durante
la construcción del oleoducto. Los civiles sudaneses que escaparon de los
ataques declararon que los obreros chinos estaban armados y que parecían
dispuestos a disparar.
Por otra parte, se han recibido informes de que las empresas involucradas en la
construcción del oleoducto utilizan a muyaidines de Afganistán y Malasia para
proteger sus propiedades y a sus trabajadores. En las operaciones se han
utilizado helicópteros pilotados por extranjeros para transportar a las tropas
opositoras a las zonas donde se desarrollaban combates, tropas que supuestamente
han cometido atrocidades contra los civiles.
"Las empresas son responsables del impacto de sus operaciones en las comunidades
locales", declaró Amnistía Internacional. La supuesta participación de empresas
de seguridad para realizar tareas de asesoría militar y formación de los
soldados aliados de las Fuerzas de Defensa de Sudan del Sur (SSDF, en inglés)
genera graves sospechas sobre el alcance de la participación de las petroleras
en el conflicto. Para la organización humanitaria, no está claro si se trata de
una participación directa o indirecta.
- Cada vez hay más pruebas de la participación de menores en los combates. Un
antiguo comandante de las fuerzas rebeldes, empleado por el gobierno para
proteger las instalaciones petrolíferas, informó a Amnistía Internacional de la
utilización habitual de niños como soldados. Los niños son secuestrados en las
calles de Jartum y reclutados a la fuerza en las Fuerzas Populares de Defensa
sin conocimiento de sus padres. La mayoría son enviados más tarde al frente.
-Existe una clara conexión entre los nuevos yacimientos petrolíferos encontrados
y las facilidades que encuentra el gobierno para adquirir armas. El mismo día en
que se exportaba el primer cargamento de petróleo, llegaban a Sudan tanques
polacos. También se han recibido informes sobre envíos de armas a Sudán
procedentes de China y de Bulgaria.
Amnistía Internacional no condena a las empresas que trabajan en países que
sufren graves violaciones de los derechos humanos, pero solicita:
- Que comprueben que sus operaciones no contribuyen a los abusos de los derechos
humanos, y que promuevan el respeto por los derechos humanos.
- Que pacten con el gobierno sudanés las condiciones para la vuelta de los
desplazados forzosos a sus hogares en el Nilo occidental superior y en los
Estados Unificados.
- Que aseguren una formación adecuada en derechos humanos para todo el personal
de seguridad que empleen en la protección de sus intereses financieros y de sus
empleados, y que se aseguren de que todo el personal de seguridad respeta de
forma estricta las convenciones internacionales sobre
derechos humanos.
- Que ofrezcan garantías de que las infraestructuras de las empresas no se
utilizarán para fines militares que puedan suponer abusos de los derechos
humanos.
La organización invita a participar en un diálogo positivo sobre la promoción de
los derechos humanos a las siguientes empresas extranjeras que actúan en Sudan:
* Lundin Oil AB (Suecia), Petronas (Malasia), ÖMV-Sudan GmbH (Austria), Sudapet
(Sudán), Talisman Energy (Canadá), Agip (Italia), Elf-Aquitainei (Francia), Gulf
Petroleum Company (Qatar), National Iranian Gas Company (Irán), TotalFina
(Francia), Royal Dutch Shell (Países Bajos) y China National Petroleum
Corporation (CNPC), controlada por el gobierno de la República Popular China.
La invitación se hace extensiva a Denim Pipeline Construction Ltd (Canadá) y
Roll'n Oil Field Industries (Canadá), empresas que participan en labores de
construcción en el oleoducto y en los campos petrolíferos, y a las compañías
británicas Weir Pumps Ltd y Allen Power Engineering Ltd, con contratos para
proporcionar y mantener los pozos de petróleo.
La principal parte del oleoducto de 1.600 kilómetros de longitud ha sido
instalada por empresas de la República Popular China, que compraron el oleoducto
al consorcio Europipe. Además, la empresa alemana Mannesmann (que posee un
tercio de las acciones de Europipe) ha suministrado más de 500 km. de tubería.
[Fuente: News Release Issued by the International Secretariat of Amnesty
International - News Service: 079/00 - AI Index: AFR 54/04/00 - 03may00]
From: Editor Equipo Nizkor nizkor@teleline.es
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