El Socialismo es una esperanza
Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Panamá, a 1 de Marzo, 2000. PANAMÁ: El Socialismo es una esperanza.
Desde: "Revista Marcha - Panamá" revistamarcha@hotmail.com.
El socialismo es una esperanza: Candanedo.
José Quintero De León,
de La Prensa.
Cuando el dirigente sindical Genaro López calificó al comunismo como la
sociedad perfecta, no se estaba refiriendo a aquellas sociedades del
socialismo real de la antigua Unión Soviética y la comunidad socialista,
aclaró Miguel Ángel Candanedo, catedrático de filosofía de la Universidad
de Panamá y presidente de su Asociación de Profesores.
López, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Construcción
(SUNTRACS), señaló recientemente la necesidad mundial de un cambio hacia
una nueva sociedad en que todo hombre y toda mujer tengan acceso a una vida
digna y con oportunidades para desarrollarse.
Con franqueza, el dirigente sindical planteó su apreciación y experiencia
del mundo actual y afirmó que la sociedad perfecta es la comunista por las
oportunidades que le brinda al ser humano.
Comunismo vs. nomenclatura
Al interpretar Candanedo las expresiones de López, recordó que esas
sociedades arriba citadas "realmente burocráticas" se desligaron de la base
social que eran los trabajadores, en las que una cúpula, una
"nomenclatura", se constituyó en una clase social gobernante, llena de
privilegios, que fue distanciándose de la base social, es decir, de los
obreros.
Convino en principio con Genaro López, en que la sociedad ideal es aquella
en la que todos los hombres y mujeres que producen la riqueza social
participan de esa riqueza social, acceden a ella y encuentran en esa
riqueza los instrumentos para su propio desarrollo.
Muchas oportunidades
La sociedad comunista, dijo, no es una sociedad en la que todos los hombres
son iguales; eso es falso. Es una sociedad en la que se le brindan las
mismas oportunidades a todos los hombres para que cada uno se desarrolle en
sus capacidades y potencialidad. Acto seguido, cita el principio
fundamental del marxismo, "a cada cual según su necesidad y de cada cual
según su capacidad".
Para el viejo filósofo, es una sociedad profundamente solidaria, en la que
todos los hombres luchan por construir la equidad para toda la sociedad;
una sociedad sin los grandes extremos ni diferenciaciones sociales que
caracterizan a las democracias occidentales o capitalistas.
Panamá, reflejo de inequidad
"Creo que hoy, comenzando por el Papa, este mundo unipolar del capitalismo,
al mismo tiempo que genera enormes riquezas, también genera grandes
desigualdades sociales. Un ejemplo de ello es la sociedad capitalista
panameña en este momento", explicó.
Los grandes tratadistas coinciden "dijo" en que la sociedad panameña, por
un lado, genera gran riqueza social y tiene potencialidades de desarrollo,
pero por otro, es uno de los países en donde peor está repartida la riqueza
social, no solo a nivel de América Latina, sino a nivel mundial.
En esa vía, sostiene que nuestro país es un claro ejemplo de lo que es una
concepción del mundo globalizado, dentro de la concepción de la democracia
capitalista burguesa, donde las injusticias sociales son cada vez más grandes.
Creo en la globalización
Candanedo no es socialista ortodoxo. Cree en la globalización; que
avanzamos hacia unas relaciones internacionales cada vez más amplias, cada
vez más igualitarias entre los hombres, pero donde el conocimiento, la
ciencia y la tecnología, deben estar al servicio de toda la humanidad.
No obstante, dijo que su denuncia no es contra la globalización, sino
contra la globalización del sistema capitalista, el cual al mismo tiempo
que genera descomunales riquezas, a la vez genera descomunales
desigualdades. "Así lo dijo el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton,
en un reciente discurso a la Unión", citó.
Grandes marxistas panameños
Frente a ello, manifestó que no es casual que los más prominentes
pensadores panameños de nuestro siglo hayan conocido, manejado y se hayan
identificado con el marxismo. Entre estos cita a Diógenes De La Rosa,
Ricaurte Soler y Rodrigo Soler, quienes "afirma" han compartido la
sensibilidad y la preocupación que caracteriza a todos los hombres que se
identifican con el socialismo científico.
Según Candanedo, el marxismo no solo es un instrumento científico de
análisis del desarrollo histórico social, de explicación de los fenómenos
sociales; sino también una filosofía para la praxis, un instrumento para la
transformación social.
El marxismo sigue latente
A la pregunta de si el marxismo y el socialismo han fracasado, responde que
ambos seguirán vivos, latentes, en tanto que las utopías del socialismo no
se conviertan en realidad.
Además, concibe que es posible corregir las distorsiones que afectaron en
la práctica al modelo socialista. Primero, sobre la base de construir una
democracia realmente participativa, al margen de las burocracias y las
dirigencias enquistadas en esas burocracias.
"Hay que combatir "sentencia" la burocratización, el partidismo, las
cúpulas partidistas, ya sea en el socialismo o en el capitalismo, porque
distorsionan ese proceso de búsqueda de justicia y solidaridad social".
Igualmente, se debe construir un socialismo comunitario, en el que
realmente sean los hombres y mujeres, las minorías marginadas, quienes
vayan asumiendo progresivamente el control de la sociedad.
A pesar de todo, hubo aportes
Sin embargo, siente que es justo reconocer que así como tuvieron graves
fallas y deficiencias las sociedades del socialismo real, también tuvieron
también grandes aciertos y logros en término de educación, vivienda, salud
y trabajo.
Por tanto, estima que hay que recoger lo bueno de esas experiencias y a la
vez, desechar el autoritarismo, toda forma de Estado totalitario y buscar
en la forma de participación social el camino de organizar a los hombres
para construir su propio camino social.
Disiente de la opinión de Genaro
Si bien está de acuerdo con casi todos los conceptos vertidos por López,
nuestro entrevistado disiente en las referencias que el líder sindical hizo
de algunos dirigentes que apoyaron a los militares.
Según Candanedo, Genaro no es del todo justo cuando califica a panameños
que han vivido una vida de esfuerzos y sacrificios en función del
pensamiento marxista. Admite que pudieron equivocarse y lo hicieron al
brindar ese apoyo acrítico a los uniformados, así como por no haber sido
sensibles a las denuncias de violaciones a los derechos humanos.
Empero, advierte que hay que reconocerles una vida de lucha en la defensa
de la soberanía nacional; entre ellos habría que honrar al maestro César De
León, a Hugo Víctor, Cristóbal Segundo, entre otros, quienes en su momento
se acogieron a las banderas del socialismo y legaron al país una rica
herencia de transformaciones que debemos exaltar.
Elecciones, vía dolorosa
Otro punto en el que coincide con López, es en que la vía electoral es el
camino ideal para construir un socialismo sin traumas. No obstante,
sostiene que no debe olvidarse lo doloroso que resultaron las experiencias
de Salvador Allende, en Chile; la de Jacobo Arbenz, en Guatemala, y las
experiencias de otros que han intentado transformar radicalmente las
estructuras de la sociedad capitalista a partir de proyectos electorales
que confrontaron la oposición, los bloqueos, los acechos, que han hecho que
se vea, de alguna manera, la vía armada como la única posible ante el
imperialismo, método que él no comparte.
Nadie avala la vía armada
No creo que eso sea así, comenta Candanedo, quien está convencido de que si
bien hay que luchar por transformar la sociedad, no piensa que hoy en
Panamá alguien esté planteando la vía armada para tomarse el poder. Pero
insiste en que sí hay que luchar por transformar la sociedad.
"Estamos planteando que todas las organizaciones y las fuerzas populares
se organicen, no solo en movimientos cívicos y patrióticos, sino que
constituyan una opción política y popular en que puedan converger
trabajadores, campesinos, indígenas, amas de casa, las capas medias
profesionales de este país", sugirió.
Carneros de Panurgo
En especial, mencionó a esos vastos sectores de algunos partidos burgueses
que realmente no son sino una especie de carneros de Panurgo en esos
colectivos sin ninguna posibilidad de decisión.
Se refirió al caso del PRD, en el que considera que militan miles de
hombres y mujeres valiosos, honestos, trabajadores y patriotas, pero que
estima que realmente tienen cúpulas dirigentes que en nada se diferencian
de los otros partidos tradicionales. Igual, dijo, sucede con el Partido
Arnulfista, donde nadie puede negar la amplia base popular, obrera,
campesina, de capas medias que tiene.
Entonces, insistió en que de lo que se trata es de constituir un gran
partido de los trabajadores, de los campesinos, de los profesionales de las
capas medias, que camine hacia el socialismo; un partido amplio en el que
podamos convivir marxistas y cristianos, y hombres de diversos criterios,
pero todos preocupados por construir una democracia social justa y
equilibrada.
El caso de Cuba
Es un caso sumamente difícil y complejo, señaló. Admira profundamente la
Revolución Cubana y el heroísmo de su pueblo, pero entiende que después de
más de 30 años de bloqueo es sumamente difícil comprenderlo.
Acto seguido, puntualizó que el caso cubano recibe críticas de dos
direcciones. De aquellos capitalistas incapaces de entender la posibilidad
de convivencia pacífica con pueblos que tengan un orden económico-social
distinto, aunque sea un pueblo pacífico.
Por otro lado, de algunos marxistas ortodoxos que no entienden las
transformaciones que se dan en Cuba como única forma de sobrevivir esa
revolución y de sobrevivir ese proyecto.
Frente a esas hostilidades, cree que hay que ayudar y ser solidario con la
Revolución Cubana. Al mismo tiempo, demandar el respeto a los derechos
humanos. Prueba de ello, indicó, es el reciente caso del pequeño Elián
González, una clara denuncia a la violación de uno de los principios
fundamentales en que se sustenta la democracia y la juridicidad burguesa:
el principio de la patria potestad.
Estallido social
Los clásicos del marxismo parten del principio que los países con mayor
desarrollo industrial capitalista, burgués, donde la clase obrera se
constituía en una clase mayoritaria y fundamental, eran los países que, en
función de ese portentoso desarrollo de esa fuerza productiva, creaba las
condiciones para la transición hacia el socialismo.
Sin embargo, nuestro entrevistado sostiene que la experiencia histórica ha
mostrado cómo la enorme plasticidad y acomodación del sistema capitalista
logró aburguesar a la clase obrera de esos países, tornarla
conservadora y hacerla partícipe de esa explotación capitalista, el
colonialismo, en base a las riquezas generadas en otros pueblos y otros
países.
Ecuador, amarga lección
Candanedo cree que las sociedades que viven en la pobreza extrema, en la
explotación, son aquellas en que las contradicciones sociales se generan
más aceleradamente y se desarrollan. Caso ejemplar, indica, es lo que
ocurrió hace poco en Ecuador.
Este es un país mayoritariamente indígena, el cual se lanza a las calles a
protestar contra un gobierno electo libremente, contra la democracia
burguesa, pero un gobierno que aunque tenía la legitimidad de los votos, no
estaba gobernando en función de los intereses de las mayorías de ese país.
"Creo que esa es una lección para todo gobernante. No solo basta con
llegar al poder con el apoyo popular más amplio. Hay que gobernar en
función de los intereses más amplios", sentenció.
Panamá es candidata
Al reflexionar sobre Panamá, está convencido de que Panamá es un ejemplo de
situaciones que pueden presentarse. A Candanedo le preocupa cuando
distinguidos funcionarios de este gobierno emprenden una tarea de virtual
"cacería de brujas" contra funcionarios de este gobierno y sus dirigentes.
Este país "opina" jamás podrá acceder al desarrollo económico y social
mientras no se respete la estabilidad del empleado público, no importa de
qué partido sea. Si se considera que están cometiendo faltas, considera que
allí están los tribunales para conocerlas, pero no levantando expedientes
amañados, ni inventando ni lanzando amenazas por los periódicos.
Como prueba de ello señala lo que pasó hace poco en la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, donde se sentó a Panamá en el banquillo de los
acusados por los actos ocurridos el 5 de diciembre de 1990.
Entonces, cree que dependerá de futuros gobiernos y de la capacidad de
organizarse de nuestro pueblo, que esos enormes recursos que revierten
desde el 31 de diciembre de 1999, constituyan la base de poder desarrollar
una sociedad más justa y así erradicar la corrupción gubernamental y
social, para brindar atención prioritaria a los pobres y desocupados de
este país.
"Si no somos capaces de ir construyendo la solidaridad social, con
sentimientos cristianos muy amplios y ricos, llenos del mensaje original de
cristianismo "concluye", entonces realmente estamos caminando hacia una
situación que realmente no sabemos a dónde va a desembocar"
From: Comité Internacionalista Arco Iris ale.ramon@numerica.it
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