I. Estados Unidos y la ayuda militar: la privatización de la guerra
Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Colombia, a 22 de Mayo, 2000. Col - 1/2 Los Estados Unidos y la ayuda militar: la
privatización de la guerra.
Equipo Nizkor, miembro del Serpaj Europa, Derechos Human Rights (USA) y del GILC (Global Internet Liberty Campaign).
Información.
RESUMEN DE LO RESUELTO POR EL COMITÉ DE ASIGNACIONES PRESUPUESTARIAS DEL
SENADO DE LOS ESTADOS UNIDOS SOBRE LA AYUDA A COLOMBIA.
El Comité de Asignaciones Presupuestarias del Senado se reunió el 9may00 para
abordar su versión de la paquete de ayuda a Colombia propuesto por el Presidente
Clinton. El paqueta adoptó la forma de enmiendas a dos leyes de asignación
presupuestaria: en torno al 90 por cien de los nuevos fondos habían sido con
cargo al presupuesto asignado para Operaciones en el Extranjero, y el resto con
cargo al presupuesto para Construcciones Militares.
El borrador de ley de financiación elaborado por el comité del Senado difería en
importantes aspectos de la solicitud de ayuda original de la administración
Clinton y de la legislación que la Cámara de Representantes aprobó en marzo. Las
diferencias principales son las siguientes:
1. Los 30 helicópteros UH-60 "Blackhawk", previstos en las versiones anteriores,
fueron reemplazados por las versiones más bajas del modelo de helicóptero UH-1H
"Super Huey". El paquete original iba destinado a proveer 30 Blackhawks y 15
Hueys, con la financiación necesaria para mantener los 18 Hueys suministrados a
finales de 1999. La versión del Senado no contempla ningún Blackhawks y sí 75
Hueys, con la financiación adicional para el mantenimiento de los 18 ya
entregados. La financiación para helicópteros, en la versión del Senado, baja de
452 millones de dólares a 182, 5 millones de dólares.
2. Se recortan varias otras categorías de ayuda militar retirando la
financiación para su segundo año. En su conjunto, la versión del Senado
otorgaría a Colombia en torno a 350 millones de dólares menos en ayuda militar y
policial respecto de lo previsto en la propuesta original de la Casa Blanca.
3. La financiación para la protección de los derechos humanos e instituciones
afines pasa de 15 millones de dólares a 53 millones de dólares, respecto de la
propuesta original del Presidente Clinton.
4. Se añaden fuertes condiciones en materia de derechos humanos en relación con
la ayuda militar y policial.
5. Se incorporan numerosos requisitos de información y reportes en relación con
varios aspectos de la política USA hacía Colombia, incluyendo el historial de
derechos humanos de las fuerzas de seguridad colombianas, la presencia de
personal militar de los Estados Unidos y los esfuerzos de los Estados Unidos en
promoción de la paz, entre otras cosas.
6. El borrador de informe del comité que acompaña a la Ley expresa un notable
excepticismo sobre el paquete de ayuda, aludiendo a la falta de claridad de los
planes de la administración Clinton y "serias reservas en lo que se refiere a la
capacidad de la Administración para alcanzar los resultados esperados de
reducción de producción y suministro de cocaína al tiempo que se protegen los
derechos humanos".
Durante la sesión de análisis final de la ley, los miembros del comité de
Asignaciones presupuestarias acordaron añadir una enmienda a propuesta de los
senadores Robert Byrd (D-West Virginia) y Daniel Inouye (D-Hawaii). La enmienda
requiere que cualquier otra futura asignación para actividades relacionadas con
la lucha contra la droga en Colombia, sea autorizada y contemplada
específicamente en forma previa. También establece un tope a la presencia
militar de los Estados Unidos en Colombia en 250 militares profesionales y en
100 mercenarios subcontratados.
La ley a la que se anexa el paquete de ayuda (construcciones militares y
operaciones en el extranjero) ha de ser enviada al pleno del senado. Dado el
tono excéptico del informe del comité y los comentarios de los miembros del
mismo durante la sesión del 9 de mayo, es de esperar que se continue el debate y
también la introducción de enmiendas al paquete de ayuda, cuando este llegue al
pleno del senado.
CRONOLOGÍA DEL PAQUETE DE AYUDA
1. El 11ene00 la Administración Clintor presentó un propuesta de 1, 3 miles de
millones de dólares U$A para incrementar la ayuda a Colombia prevista para el
período 2000 a 2001. Esta propuesta habría incrementado substancialmente la
ayuda USA a las fuerzas de Seguridad colombianas.
2. El Comité de Asignaciones presupuestarias de la Cámara de Representantes de
USA se reunió el 9mar00 y aprobó una versión de propuesta de ayuda que no
difiere mucho del paquete original de la administración Clinton.
3. El Pleno de la Cámara de Representantes aprobó la ley el 30mar00, incluyendo
sólo un cambio a las cantidades previstas en dólares: una enmienda introducida
por el diputado Thomas Sawyer (Demócrata por Ohio) obligaba a que por lo menos
50 millones de dólares se destinaran a asistencia a personas internamente
desplazadas en Colombia. La enmienda no especificaba qué partes de la ley
tendrían que reducirse para aumentar los fondos para desplazados.
4. El comité de Asignaciones Presupuestarias del Senado se reunió el 9may00 y
aprobó una versión de la propuesta de ayuda que difiere significativamente de la
propuesta original de la Administración Clinton. Los niveles de ayuda militar se
recortan en buena medida, debido sobre todo a la sustitución de los helicópteros
Blackhawks por los más baratos Hueys. La versión del Senado también aumenta las
cantidades destinadas a asistencia en derechos humanos e incluye condiciones de
respeto a los derechos humanos y informes preceptivos.
"LAS COMPAÑÍAS MILITARES" SE PREPARAN PARA GESTIONAR LA AYUDA MILITAR DE LOS
ESTADOS UNIDOS A COLOMBIA, CRECIENDO EL PAPEL DE LAS COMPAÑÍAS ADJUDICATARIAS DE
CONTRATOS EN LA GUERRA ANTI-DROGA DE LOS ESTADOS UNIDOS.
BOGOTÁ - El currículum de Alex B. Pinero parece ser el de un hombre ávido de
mucha acción y hasta de algún problema.
El señor Pinero, antiguo miembro de las Fuerzas Especiales del Ejército de los
EE.UU., ha combatido en tres escenarios de operaciones, habla tres idiomas y
está especializado medicina de campo, recabación de datos de inteligencia y
operaciones psicológicas. "Estoy también muy familiarizado con medios hostiles,
y puedo virtualmente operar en cualquiera de ellos (geográfico, literal o
temporal)", anuncia su currículum.
El señor Pinero está trabajando en Colombia bajo contrato privado de no
combatiente firmado con el Gobierno de los EE.UU. Debido a que es un empleado
contratado como asesor, dijo, el Gobierno no tendría responsabilidad en caso de
que él tuviera algún problema mientras coadyuva a la escalada de la guerra anti
drogas de EE.UU., que se intensifica rápidamente, en una tierra en donde hay
más de 20, 000 guerrilleros izquierdistas deseosos de disparar sobre gente como
él a diario.
Miles de miembros retirados del ejército de los EE.UU. altamente cualificados,
como el señor Pinero, podrían ser la respuesta a una gran adivinanza que ha
perseguido a la administración Clinton: ¿Cómo puede Washington enviar 1.6 miles
de millones de dólares a Colombia, principalmente en ayuda militar, sin
incrementar notablemente el actual nivel de necesidad de personal militar de los
EE.UU. necesario para apoyar esa ayuda?
La respuesta, dicen expertos militares y otros especialistas, reside en una
práctica bien consolidada de negocios privados conocida como "outsourcing",
gracias a la cual compañías que emplean especialistas cualificados, como el
señor Pinero, absorben las tareas que los militares de los EE.UU. no pueden
asumir, o sencillamente no quieren.
En los negocios privados, "outsourcing" puede consistir en algo tan simple como
contratar a un experto independiente (free lance o por cuenta propia) en
informática para diseñar la página web de la compañía o desarrollar software ad
hoc. En un contexto militar, "outsourcing" es una alternativa cada vez más
popular para que el gobierno pueda proveer personal instructor en
contrainsurgencia, pilotos para aviones de reconocimiento o para suministrar
personal para operaciones de inteligencia en territorios hostiles sin poner en
peligro al personal militar en activo.
Según especialistas en la materia, esto no es trabajo mercenario. Las leyes de
los EE.UU. establecen estrictas limitaciones a la provisión de servicios no
letales por parte de estos asesores.
Las firmas privadas esperan obtener beneficio.
Ni el Gobierno de los EE.UU. ni el de Colombia han declarado públicamente el
alcance del papel que jugará esta forma de contratación privada o "outsourcing"
si el Congreso de los EE.UU. aprueba el presupuesto de $1.6 miles de millones
que la Casa Blanca ha propuesto, un paquete de ayuda a Colombia por dos años. La
mayor parte de la ayuda se emplearía en el pago de 63 helicópteros de combate
junto con el entrenamiento de pilotos y el apoyo logístico que estas aeronaves
requerirán, así como en el entrenamiento y equipamiento de dos batallones del
ejército colombiano especializados en contrainsurgencia y antidrogas.
Según fuentes militares de los EE.UU, al menos seis compañías de este país
especializadas en asuntos militares han establecido operaciones en la región,
supuestamente anticipándose a los futuros contratos relacionados con Colombia.
Dos compañías con sede en Virginia, DynCorp, Inc. y Recursos Profesionales
Militares, Inc. o MPRI, están concluyendo contratos para apoyo logístico y
entrenamiento de la policía y las fuerzas colombianas de contrainsurgencia,
según manifestaron oficiales de estas compañías.
DynCorp, que ha contratado a pilotos de helicóptero veteranos de la guerra de
Vietnam, provee el mantenimiento y apoyo necesarios para los vuelos de
erradicación de cultivos de droga, a menudo sobre territorio dominado por la
guerrilla.
Ed Soyster, portavoz de la MPRI, un teniente general del ejército en retiro y
antiguo director de la Agencia de Inteligencia de Defensa, dijo que su compañía
se esta preparando para la adjudicación de nuevos contratos en caso de que el
nuevo paquete de ayuda resulte aprobado.
La compañía debiera estar bien posicionada para la obtención del contrato, ya
que también ayudó al Gobierno colombiano a diseñar el "plan de acción" oficial
en tres fases que fue presentado al Congreso el mes pasado, indicando las
partidas a las que se destinarían los 1.6 miles de millones de dólares".
"Somos una compañía militar. Somos capaces de escoger nuestra gente de entre un
grupo selecto de individuos a quienes les gusta formar parte de este tipo de
ambiente. Ellos tienen un código ético y de conducta establecidos", dijo el
señor Soyster. "Un individuo trabaja en este negocio y trabaja para nosotros
porque puede continuar haciendo las cosas que le gustan y que sabe hacer bien.
Él es feliz porque está haciendo las cosas para las cuales ha sido entrenado".
El señor Soyster dijo que la MPRI mantiene una base de datos de 11.000 oficiales
retirados y de miembros en servicio activo disponibles para trabajar en
asignaciones temporales. La compañía también ha suministrado entrenamiento y
apoyo logístico para operaciones militares en los Balcanes, en el Medio Oriente
y en África, dijo.
"Yo soy un gran admirador del "outsourcing"... Existen muy pocas cosas en la
vida que usted no pueda contratar vía 'outsourcing'", dijo el General (R) Barry
McCaffrey, director de la Oficina de la Casa Blanca de Política Nacional para el
Control de Drogas.
"LA ENTREGA DE LA MERCANCÍA"
Dijo además que no prevé un aumento a gran escala de las tropas activas para
suplementar a los entre 80 y 250 militares estadounidenses en servicio en
Colombia, pero se quedó corto al decir que cualquier tarea adicional de
entrenamiento se adjudicaría a compañías privadas.
"No es mi trabajo diseñar los esfuerzos de la asistencia que los EE.UU. prestará
en materia de logística, mantenimiento y entrenamiento con esos $1.6 mil
millones en los próximos cinco años. Personalmente, no preveo ningún aumento
significativo de la presencia de EE.UU. en este país", dijo. "Sin duda debemos
tener una representación de los EE.UU. adecuada al suministro de los servicios,
para asegurarnos de que sabemos lo que estamos haciendo... Es un gran paquete en
comparación con lo que hemos hecho en el pasado".
El ministro de defensa colombiano, Luis Fernando Ramírez, reconoció que
compañías militares privadas de los EE.UU. ya están proveyendo asistencia a las
fuerzas armadas y que probablemente se contratarán más si el paquete de ayuda
militar de los EE.UU. es aprobado.
"Debemos colocar a las mejores personas para gestionar estos recursos", explicó,
añadiendo que las compañías militares privadas proveen a menudo de personal "con
mucha más experiencia... a un costo más bajo", lo que ni su gobierno ni Washington
podrían hacer.
Reveló que el Comando Sur de los EE.UU. está considerando actualizar el número
de su personal destacado en Colombia y contratar a un general a tiempo completo
para administrar el paquete de ayuda militar. Incluso este trabajo, sugirió,
podría ser subcontratado en forma privada, "outsourced".
"Probablemente es más costoso enviar a Colombia un general en activo a tiempo
completo que un oficial ya retirado" que trabaje para una compañía privada,
dijo el señor Ramírez.
EN MANOS EQUIVOCADAS.
Son serias las consideraciones que suscita, en relación con el tema de la
responsabilidad, el hecho de que compañías privadas reemplacen a tropas en
servicio activo sobre el terreno, incluso aunque sea sólo a afectos de asesoría,
dijo Carlos Salinas, director del programa para Latinoamérica de la organización
de derechos humanos Amnistía Internacional. Debe haber personas que monitoreen
la asesoría y entrenamiento que reciben los soldados colombianos para garantizar
que estos conocimientos y medios no se pongan en manos de conocidos violadores
de los derechos humanos, tales como las unidades del ejército vinculadas a los
grupos paramilitares.
"El mismo Departamento de Estado, en lo referido a este entrenamiento, tiene que
respetar ciertas
normas de derechos humanos porque así se lo ordena la ley, dijo Carlos Salinas.
"Pero ese mandato se diluye cuando uno habla de actores privados básicamente".
James Woods, que trabaja en uno de los lobbies en Washington, y fue antiguo
ayudante del Secretario de Defensa, dijo que el riesgo político de utilizar
tropas activas del ejército en lugares tan peligrosos como Colombia es con
frecuencia superior a las ventajas que se pueden obtener. El uso de personal
militar retirado vía contrato privado, en cambio, proporciona generalmente un
mayor nivel de experiencia con costos globales más bajos y mínimos riesgos
políticos.
"Si el Gobierno de los EE.UU. desea buscar un elemento que suponga mayor
seguridad y nivel de asistencia -y creo que así debe hacerlo- ¿debería hacerlo
con una mayor cantidad de tropas militares estadounidenses sobre el terreno?
Creo que la respuesta es no", dijo.
La vía del contrato privado o "outsourcing" le ha permitido a Washington contar
con una presencia militar importante en zonas de guerra como Bosnia, Colombia y
el Golfo Pérsico, y ello en tiempos en que el Pentágono se ha visto limitado por
recortes de personal, presupuestarios, o por presiones políticas, lo que le ha
impedido desplegar personal militar en servicio activo, explicó el profesor
Herbert Howe de la Universidad de Georgetown, un especialista en contratos
privados militares.
"El ejército ha visto reducidos sus recursos humanos y presupuestarios en un 40%
desde finales de los ochenta... El Gobierno de los EE.UU. se está decantando
cada vez más por el "outsourcing", dijo el Herbert Howe. "Creo que veremos más
de esto en Colombia también".
Además, Herbert Howe dijo que es inevitable que haya una protesta pública cada
vez que las tropas de los EE.UU. resultan heridas o muertas en un conflicto
extranjero, mientras que se presta menos atención cuando instructores militares
o especialistas contratados en forma privada sufren la misma suerte. El Gobierno
está sujeto a requisitos mínimos a la hora de reportar las bajas sufridas por
compañías privadas.
TRES MUERTES EN ACCIDENTES AÉREOS.
DynCorp ha perdido tres aviadores contratados en forma privada en accidentes
fatales en los últimos tres años. Especialistas en "outsourcing" señalaron la
mínima atención suscitada en los EE.UU. por estas muertes si las comparamos con
los varios días de noticias en primera página generadas en julio del año pasado
cuando un avión de espionaje que llevaba a bordo cinco militares estadounidenses
en servicio activo se estrelló en el sur de Colombia.
Un antiguo oficial del ejército de los EE.UU., responsable de varias
contrataciones del tipo "outsourcing" para operaciones antinarcóticos en
Colombia, dijo que "los riesgos de exposición pública para el Tío Sam" se ven
enormemente reducidos cuando son las compañías privadas las que se ocupan de
cubrir los destinos peligrosos.
"La vida de un empleado contratado privadamente es igual de importante, por
supuesto, que la de un soldado. Pero la exposición a la opinión pública es
menor", dijo el oficial retirado, que prefirió no ser identificado.
"Si algo sale mal es importante que Washington pueda decir, 'No hubo bajas entre
nuestros soldados'. Todavía suscita atención cuando se trata de un contratante
privado, pero para la opinión pública, está lejos de tener el mismo impacto",
dijo el oficial retirado.
El señor Pinero, contratado con DynCorp, se prestó a ser entrevistado a
condición de que no se discutieran los detalles de su misión en Colombia.
Manifestó no sentirse amenazado por trabajar en el ambiente hostil de Colombia.
Sin embargo está buscando otro trabajo.
"Hay mucho peligro en Colombia. Soy consciente de ello en sentido abstracto.
Pero estuve 10 años en el ejército, así que esto es básicamente una prolongación
de lo que hice en el ejército", dijo. "Si uno no tiene que saltar de aviones en
medio de la noche, o no está todo el tiempo recibiendo disparos, esto no está
tan mal".
[Fuente: Dallas Morning News - By Tod Robberson - Sunday, 27feb00].
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