Propuesta sobre el Conflicto entre el Gobierno y Mapuches
Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Chile, a 20 de Abril, 2000. NACIÓN MAPUCHE: Propuesta para enfrentar el Conflicto entre el Estado Chileno y la Nación Mapuche.
Al cumplirse un mes del tercer gobierno de la Concertación, su ofensiva
política y comunicacional ha mostrado el nuevo estilo de gobernabilidad que
Ricardo Lagos quiere imprimir desde la Moneda, para dejar en claro con esto
la delgada línea que lo separa de su antecesor, Eduardo Frei. De este
modo, de las fiestas populares del cambio de mando, se pasó a los anuncios
populistas y de ahí a las medidas aceleradas para enfrentar los denominados
"problemas prioritarios", entre ellos el conflicto mapuche.
Para este último, se creó una "Mesa de Diálogo", que tiene como objetivo
concreto la formulación de propuestas y medidas que en un plazo de
cincuenta días (a partir del 16 de marzo) establezca las bases de un nuevo
trato del Estado y la sociedad chilena con los pueblos indígenas. Por
ello, a diferencia del proceso de diálogos comunales que se impuso bajo el
gobierno de Frei, esta iniciativa incorporó a exponentes de otros pueblos y
sectores sociales.
Si bien en la ceremonia de constitución el gobierno señaló la presentación
de lograr una "solución definitiva", y algunos de los exponentes mapuche
oficialistas manifestaron la necesidad de tratar los "temas de fondo",
ninguna de las partes ha clarificado los alcances de ambos calificativos.
Aunque se pudo suponer que ello significaría profundizar en el conflicto,
con el correr de los días diversas situaciones y opiniones desde dentro y
fuera de la mesa comenzaron a indicar que ambos aspectos enunciados están
lejos de aparecer en los propósitos, haciendo tambalear la iniciativa.
La serie de opiniones de sectores políticos y mapuche desde fuera de la
mesa, criticaron la presencia de mapuche militantes de la Concertación de
dudosa representatividad social, y la ausencia de los sectores mapuche y
comunidades que realmente están en conflicto, las cuales han señalado
condiciones básicas para participar en una iniciativa como ésta, sin
precisar tampoco a que se refieren dichas condiciones. Se suma a todo
esto, las críticas a la nueva autorización para el reinicio de las obras de
construcción de la represa Ralko, emanada desde la contraloría el último
día de mandato de Frei.
Por otra parte existen factores internos asociados, por un lado, a las
contradicciones de óptica (más que de estrategia) entre sectores de la
salud y anterior administración que tuvo como consecuencia la renuncia de
Rodrigo González como Director de la Conadi, y por otro lado, a los
intereses políticos superficiales de los mapuche oficialistas que se
derivan de las propias contradicciones y pugna de intereses de los partidos
chilenos de la concertación.
De lo anterior se desprenden las contradictorias declaraciones de los
consejeros José Santos Millao (cada vez más ligado a la concertación) e
Hilario Huirilef (PPD) que partieron colocando condiciones al diálogo,
luego amenazaron con abandonar la iniciativa por la nueva autorización para
Ralko, y terminación señalando que el tema era uno más y que había que
seguir en la mesa.
La anterior conducta no es aislada, para los consejeros mapuche Ralko se ha
venido transformando en los últimos años en el "caballo de Troya" por medio
del cual han obtenido beneficios políticos a costa del movimiento mapuche,
sin que hayan mostrado ninguna iniciativa concreta para detener la
construcción de la hidroeléctrica. Con una actitud similar han actuado los
consejeros de otros pueblos indígenas los cuales se ha dedicado a estar al
acecho de los beneficios que se derivan de la lucha mapuche, pero muy a la
distancia de los conflictos. Se debe sumar a lo anterior, las falsas
contradicciones que buscan generar para el movimiento mapuche cada vez que
se debe designar un director de la Conadi. Sea o no mapuche
(indígena)quien la dirija, en nada cambiará su naturaleza y objetivos.
Si bien estos factores son elementos importantes a considerar, hay que
tener muy claro que son contradicciones propias del gobierno y de los
partidos chilenos, que obedecen al agotamiento y fracaso de los marcos
políticos e institucionales que tradicionalmente ha impuesto el Estado
chileno para resolver "la problemática mapuche", y que en los últimos años
se han hecho ineficaces para responder a las características, necesidades y
aspiraciones política de la sociedad mapuche contemporánea.
Estos elementos no hacen más que ocultar el conflicto político de fondo, la
negación por parte del Estado chileno de los derechos políticos colectivos
que emanan de nuestra condición de nación, y en consecuencia la falta de
soberanía para determinar libremente el tipo de relación que se quiere
establecer con el Estado y las demás naciones originarias. Como no ha sido
considerado este carácter del conflicto, la Mesa de Diálogo no es más que
un medio para imponer a la sociedad mapuche el proyecto del Estado y la
opción de los partidos chilenos y no un instrumentos valido para las
aspiraciones y derechos como nación.
Por lo dicho, el movimiento mapuche debe construir y debatir un nuevo marco
de tratamiento político del conflicto como instrumento válido que
contribuya a restituir los derechos y superar las actuales y futuras
contiendas. En este sentido nos parece adecuado plantear los temas que
son trascendental para iniciar un proceso de conversación entre el la
Nación Mapuche y el Estado Chileno, en la medida que el gobierno este
dispuesto a conversar estos temas se estaría dando paso para establecer
una mesa de diálogo; estos dicen relación con:
1.- Reconocimiento explícito del Estado Chileno de su responsabilidad
histórica y política de las condiciones actuales del pueblo mapuche y del
conflicto.
2.- Reconocimiento explícito por parte del Estado Chileno de los derechos
políticos colectivos que emanan de nuestra condición de nación; Derecho a
autoafirmarnos como nación; Derecho a un Territorio, derecho a la
Autodeterminación y a la Autonomía.
3.- Reconocimiento de todos los agentes mapuche con posibilidades de llevar
a una solución política el conflicto.
4.- Reconocimiento y respeto por los resultados del proceso político que
iniciaremos como nación. A nuestra palabra no se le puede colocar límites.
Este es un criterio básico para adoptar decisiones con entera libertad.
5.- Paralización de todas las obras que afectan al territorio mapuche como
señal de reconocimiento y respeto de nuestros derechos.
COLECTIVO MAPUCHE
POR LA AUTODETERMINACIÓN Y AUTONOMÍA
DE LA NACIÓN MAPUCHE
Temuko, Territorio Mapuche, Abril de 2000
From: Comité Internacionalista Arco Iris ale.Ramón@numerica.it
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