Atentado antisemita sigue sin aclararse
Tlahui-Politic 10 II/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Argentina, a 21 de Julio, 2000. Arg - El mayor atentado antisemita sigue sin aclararse seis
años después de cometido.
Equipo Nizkor. Derechos Human Rights. Serpaj Europa.
Información.
AL CUMPLIRSE SEIS AÑOS DEL MAYOR ATENTADO ANTISEMITA SE EXPRESARON DURAS
CRITICAS AL JUEZ QUE HA REALIZADO UNA INSTRUCCIÓN NEGLIGENTE, INSUFICIENTE Y
LENTA.
Con un acto que por primera vez convocó frente al edificio de la Amia a las
máximas autoridades del Gobierno nacional, unas cinco mil personas recordaron
ayer en Buenos Aires a las 86 víctimas que hace seis años murieron en el
atentado terrorista contra la sede de las principales entidades judías. En
representación de los deudos de los muertos, Mario Averbuch _que perdió a su
joven hija Yanina en la voladura_ pronunció un largo discurso que incluyó
reclamos al presidente Fernando de la Rúa, presente entre los manifestantes.
"Usted firmó un pagaré ante una multitud y quien firma un pagaré tiene
obligación de levantarlo", sentenció Averbuch, y agregó: "El pueblo argentino
todo está esperando con ansiedad los próximos pasos del Gobierno para ver que la
declarada cuestión de Estado no es sólo declamación".
Momentos antes se emitió el audio de un discurso en el cual De la Rúa, cuando
aún era candidato a jefe del Estado, se comprometió a colaborar con las
investigaciones por el ataque, por considerar el hecho como una "cuestión de
Estado".
Por primera vez entre los oradores figuró un representante de la Iglesia
Católica: el presbítero Rafael Braun. Pese a que el termómetro marcaba
temperaturas impiadosas, miles de personas se congregaron sobre Pasteur 633 para
rendir homenaje a las víctimas y demandar justicia. El acto se inició a las
9.53, la hora exacta en que el 18 de julio del '94 se produjo la explosión que
demolió el edificio de la Amia y la Daia _las principales entidades judías_ en
lo que constituyó el segundo y mayor atentado antisemita registrado en
Argentina. Murieron 86 personas murió y 300 heridos.
El vicepresidente "Chacho" Álvarez se mezcló entre la multitud junto a los
miembros del Gabinete nacional, el ex presidente Raúl Alfonsín, el jefe de
Gobierno porteño, Enrique Olivera, y el mandatario electo, Aníbal Ibarra. "He
venido siempre, todos los años", dijo De la Rúa, quien rechazó los reproches
formulados por parte de la colectividad judía: "No puede criticarse a este
Gobierno que recién asume y que tomó una cantidad de medidas en orden a la
investigación".
En los discursos hubo críticas al pasado gobierno menemista, por una supuesta
falta de voluntad para esclarecer los hechos. El juez federal Juan José Galeano,
que conduce la causa judicial por el ataque, fue uno de los blancos principales
de las críticas. La agrupación Memoria Activa criticó al Gobierno y una vez más
cuestionó a los investigadores. Entre los oradores figuraron la periodista
Magdalena Ruiz Guiñazú, el rabino Sergio Bergman, el titular de la Daia, Rogelio
Cichowolski, y el presidente de la Amia, Hugo Ostrower. Cichowolski volvió a
demandar que sin demora se inicie el juicio oral y público por el atentado.
[Fuente: La Voz del Interior, Córdoba, Argentina, 19jul00]
EL ACTO SE REALIZO CON LA CLAMOROSA AUSENCIA DE MIEMBROS DE LA FUERZAS ARMADAS,
JEFES POLICIALES Y DIRIGENTES JUSTICIALISTAS.
Las casi cinco mil personas que cubrieron la totalidad de la calzada y las
veredas de Pasteur entre Lavalle y Viamonte, en Buenos Aires, se apiñaron,
hombro con hombro, para combatir el frío que acompañó el acto en repudio al
ataque terrorista contra la Amia y los seis años sin culpables ni castigo. Pero
la gente no sólo se unió para hacer frente al gélido viento que soplaba desde el
sur con aires polares (a las 9,30 la sensación térmica era de cinco grados bajo
cero), sino para sacarse de encima ese terrorífico frío que recorre la espalda
cuando se piensa que pasaron seis años de la voladura que se llevó 86 vidas y no
se sabe nada de los responsables de tan tremendo crimen.
Un frío desgarrante que cortó la respiración cuando el silencio de la multitud
fue hachado por la estremecedora sirena que recuerda el momento en que el
edificio fue reducido a escombros por la bomba asesina.
La alarma calló y el llanto se apoderó de los familiares de las víctimas, que se
agruparon debajo del escenario montado sobre Pasteur, a poquitos metros del
solar 633 donde fue reconstruido el edificio de la Amia, para seguir con un mar
de lágrimas los nombres de quienes perdieron la vida con la explosión.
La presencia del presidente Fernando de la Rúa, el vicepresidente Carlos Álvarez
y casi todo el gabinete apenas fue una manta corta que calmó en parte el tiritar
de quienes reclaman justicia para sus muertos. De la Rúa fue más medido que
nunca para manifestar sus sentimientos: "He venido siempre, todos los años. El
hecho de ser Presidente no hace que cambie".
Frente al escenario, y flanqueado por sus colaboradores, De la Rúa debió bajar
la mirada porque el frío de la vergüenza ajena pesó demasiado, cargado por la
andanada de críticas que todos los oradores lanzaron sobre la gestión del juez
federal Juan José Galeano, los investigadores y, especialmente, la gestión de su
antecesor, Carlos Menem, aunque sin nombrarlo.
Escuchó con rostro adusto el par de aplausos dirigidos hacia su persona, tal vez
porque sabe que no se trató de una aprobación, sino de un "recuerde sus
promesas". Mario Averbuch, quien habló en nombre de los familiares de los
muertos, pidió al presidente que "levante el pagaré que firmó" con sus promesas
y se lo remarcó con la reproducción de sus propias palabras, grabadas durante
un acto preelectoral.
Seguramente una vergüenza similar sintió el diputado justicialista Carlos Soria,
el único representante de su partido en ese lugar. Cuando un cronista le
preguntó cómo se sentía al ser el único justicialista presente, el legislador,
notablemente compungido, sacó un cigarrillo, lo encendió y dijo: "Qué querés que
te diga, lo lamento mucho".
Pero no sólo los justicialistas faltaron a la cita: tampoco se advirtió la
presencia de representantes de Acción por la República, ni de las Fuerzas
Armadas, ni de los gobiernos provinciales, ni del jefe de la Policía Federal,
Rubén Santos.
[Fuente: Diario La Voz del Interior, Córdoba, Argentina, 19jul00]
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